El valor de lo rural que hay que transmitir

B.A.
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Edurne Caballero y Ana Santidrián presentan hoy 'Biela y Tierra en ruta. Nuestra alimentación como motor de cambio', donde recogen 160 iniciativas sostenibles, varias de nuestra provincia

Parada en el Bibliotejo de Gallejones de Zamanzas. - Foto: Biela y Tierra

Si el 100% de los recursos se encuentran en las zonas rurales, ¿cómo es posible que nuestros pueblos se estén quedando vacíos? ¿En manos de quién están esos recursos y los alimentos que nos llegan al plato? Estas eran algunas de las cuestiones que se planteaban Edurne Caballero y Ana Santidrián antes de pedalear, antes de recorrer en 2019 gran parte del norte de la península en bicicleta para conocer de cerca -y luego poder transmitir- 160 iniciativas rurales. Un interesante trabajo de campo que dio pie a unos cuadernos que terminaron por convertirse en un libro que se presenta hoy en Burgos capital -Estación de la Ciencia y la Tecnología, 19.30 horas- y que lleva por título Biela y Tierra en ruta. Nuestra alimentación como motor de cambio

Durante más de 4 meses, y casi 3.000 kilómetros pedaleados,  las dos mujeres mantuvieron encuentros con quien ellas consideran los grandes protagonistas de su proyecto, aquellas personas que les contaron sus iniciativas, testimonios y vivencias, muchas de ellas relacionadas con el sector alimentario, pero también de dinamización  rural, artísticas o de recuperación de patrimonio. «Relatos de personas que decidieron emprender desde nuestro entorno rural, con respeto por el planeta y por las personas», señalan. 

En ese periplo por Aragón, Navarra, La Rioja, País Vasco, Asturias o Cantabria, también estuvieron en Burgos, de hecho Ana es natural de Lodoso, donde hicieron parada en su observatorio astrológico. Algunas de las iniciativas que investigaron en la provincia, y que así aparecen reflejadas en su libro, son: el Puchero de Villasur de Herreros y La Artesa; Salvana en Castrillo del Val; El Huerteco en Santibáñez de Zarzaguda; Piedra y Semilla en Rioseco; Tejiendo Redes en Bricia; o el Molino del Canto en Barrio la Cuesta. Todos ellos fueron previamente seleccionados por ambas aventureras antes de partir, atendiendo siempre a los cuatro ejes de su proyecto: movilidad sostenible, agroecología, soberanía alimentaria y ecofeminismos y que tienen dos ejes transversales, un mundo rural vivo y un consumo consciente y transformador. 

Ana Santidrián y Edurne Caballero, con el pantano de Arija de fondo.Ana Santidrián y Edurne Caballero, con el pantano de Arija de fondo. - Foto: Biela y Tierra

«Creemos que acciones de nuestro día a día basadas en la alimentación y la movilidad pueden tener un impacto positivo en nuestra vida, nuestra familia, territorio y en el mundo», explican ambas mujeres, que utilizan como mantra esta frase de Eduardo Galeano: 'Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo'. «Y nosotras decimos que el mundo está cambiando porque así lo hemos visto», puntualiza Edurne (...).

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