Los godos y el lejano oeste

I.L.H.
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Alfredo Rodríguez, ingeniero de montes y concursante de 'Pasapalabra', compara la frontera entre godos y vascones del siglo VIII con la de indios y vaqueros en su novela 'Traición a un rey'

En 'Traición a un rey' Alfredo Rodríguez novela desde Pancorbo, de donde procede el protagonista, la llegada musulmana a la península en el año 711. - Foto: Valdivielso

Antes de viajar al siglo VIII, en su primera incursión editorial Alfredo Rodríguez diseccionó  en 2021 la tesis doctoral del presidente del Gobierno Pedro Sánchez. En clave de humor señala los principales errores que contiene sin exigir que el lector sea un erudito para comprenderlo: «No hace falta ser doctor; basta con haber visto Barrio Sésamo y saber contar hasta tres», dice la descripción de Tesis, accesible en versión digital.

Acometida esa contienda este ingeniero de montes se ha adentrado en otra cruzada, en este caso para novelar la batalla de Guadalete, las guerras internas y externas del rey Rodrigo y la llegada de los musulmanes a la península en el año 711. También aquí echa mano de ironía y  humor, además de desprender a la novela histórica de ese halo de tostón para iniciados. Sirva como ejemplo que para explicar un poco el contexto histórico de Traición a un rey -y lo mal que vendemos lo nuestro-, afirma que lo que ocurría en el siglo VIII da más juego que lo que ha trascendido de las películas de vaqueros: «La frontera de godos y vascones era como el Lejano Oeste, con los godos haciendo de americanos, los vascones y cántabros de indios y el Ebro de Colorado», apunta. «Es un escenario que da para crear, novelar y filmar mucha ficción».

Desde ese punto de partida, Alfredo Rodríguez hace que el protagonista (Augusto), un hispano romano que vive en Pancorbo, sea testigo de las revueltas entre cántabros, vascos y godos, mientras los moros empiezan a prepararla al sur de la península. Al joven le tocará unirse al ejército del rey Rodrigo que recorre de Vitoria a Cádiz, y que terminará perdiendo (no es ningún secreto) ante los moros.

Como una novela de aventuras, Rodríguez narrará los pormenores de una época con poca documentación histórica y plagada de contrasentidos, como que el rey Don Rodrigo dejará al mando de los ejércitos a los hermanos de Witiza, el 'opositor' del monarca y al que sucedió. O que, después de traicionarle, nada se sepa de ellos. Y tampoco se explica cómo es que perdieran esa batalla que el autor burgalés sitúa en el curso alto del Guadalete, bajo el actual embalse de Zahara, en contra del criterio general de los historiadores. «Cuento, más bien, lo que creo que pudo pasar de un modo divulgativo, sin centrarme demasiado en la trama de los personajes».

Como buen ingeniero, Alfredo Rodríguez se detiene en la descripción de montes, en contar cómo se repartían los pastos las villas o de dónde sacaban el corcho. Y prefiere llamar a Briviesca por su nombre actual y no con el Virovesca del pasado, detalle que como usuario de novela histórica le incomoda.

Curioso de la historia y aficionado a las letras desde la infancia (obtuvo tres premios en el certamen escolar Andrés Manjón de Poesía, organizado por el Ayuntamiento), una de sus grandes aficiones es la de participar en concursos culturales de televisión como Código Final, El cazador y, sobre todo, Pasapalabra, donde ganó 8 roscos, empató cinco y perdió tres en sus 16 apariciones en los años 2016 y 2018.

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