Mientras el bipartidismo no regrese a la política española, uno de los mandatos de los ciudadanos en las urnas es que los diferentes se pongan de acuerdo y sean capaces de gobernar en coalición o con acuerdos. El PSOE y Cs en el Ayuntamiento están exhibiendo estos días un mensaje de unidad y si bien eso puede ser interpretado como una buena noticia, en tanto que garantiza estabilidad, conviene recordar que esa unión no es un logro per se si no viene acompañado de gestión.
Parece como si socialistas y naranjas vendieran su buena sintonía como un fin en lugar de como un medio para lograr los objetivos. Daba ayer la sensación de que De la Rosa y Marañón estaban en un atril dando agradecimientos a diestro y siniestro como si hubieran obtenido un premio, mientras, otro año más, se retrasan las ayudas del II Plan de Crisis. Mientras sus «dos grandes prioridades de la legislatura», el Mercado Norte y el bulevar, se complican cada día. Mientras se suman los retrasos con el cívico de Fuentecillas, el polideportivo de San Pedro y San Felices, las piscinas del Plantío.
Presumía también el equipo de Gobierno de poner las cosas en su sitio en Aguas y parecía que nada se iba a hacer nada más allá de poner en marcha una miedosa investigación interna. ¿Era posible que el propio alcalde hablara de sospechas de irregularidades o de contratos teledirigidos y no se tomara ninguna medida de inmediato? Dice un amigo que cuando hay colillas significa que han fumado. Parece, ahora sí, que se empiezan a tomar medidas pero tan importante como eso es acertar en cómo se ejecutan.
 Si alguien reconoce abiertamente que desconfía del zorro, quizá no sea la mejor idea ponerle a vigilar el gallinero. Aunque sea por una temporada.