Más lejos, más fuerte, más alto, siempre se puede. Más terco, más valiente. Más, más siempre dice el estribilllo de El nagual, pero lo podrían decir de ellos. Cronómetrobudú nunca se ha conformado con hacer lo mismo ni del mismo modo, no ha pretendido instalarse en un sonido en exclusiva ni estancarse en lo que les funciona. Siempre han querido probar nuevos senderos dentro de su camino, sentirse cómodos y mantener esa inconsciencia de cualquier inicio.

Con su séptimo disco, que acaba de salir a la venta, emprenden una nueva aventura, un viaje para explorar otros horizontes apoyados en otros mapas. Verne, en alusión al autor de Viaje al centro de la Tierra o Veinte mil leguas de viaje submarino, Cronómetrobudú busca llegar a un público más amplio, reforzar su presencia en el territorio nacional y mantener inalterable su ilusión por subirse a un escenario. Cosa, que por cierto, hace dos años que no experimentan por culpa de quien ya saben.

«A nivel  musical hemos bajado un poco la distorsión de la guitarra e incorporado sonidos más bailables como el funky o la electrónica, mientras sigue habiendo guiños a la música clásica. Hemos abierto la gama, pero seguimos siendo Cronómetro», señala Óscar Calvo.

De izquierda a derecha: Javier Castro (voz), Pablo González (bajo), Pablo Rubio (guitarra), Roberto Moral (batería) y Óscar Calvo (violín). - Foto: Samuel de Román

En las letras mantienen sus crónica de experiencias vitales, esta vez hablando del pasado de los años, la ilusión de que crean en ti, de estados anímicos o «de las personas que nos sonríen por delante mientras por detrás te ponen a caldo», detalla Calvo: «Se titula Desde el tren y desde ahí les saludamos».

Además de los sonidos, hay otra cosa que hace a Verne diferente: el respaldo del sello discográfico El Planeta Sonoro Récords, creado por Javier Asenjo, de Sonorama. «Fue él quien se puso en contacto con nosotros y nos dijo que quería echarnos una mano. Y por primera vez solo nos hemos preocupado de componer, ensayar y tocar. Hemos trabajado con Fermín Bouza como productor y el sello se encarga de la promoción y distribución. Tenemos el respaldo de Sonorama y una empresa de comunicación se encargará de llamar a puertas que nosotros a lo mejor ni sabemos que existen». Luego tocará volver a México, donde Sonorama también persigue estar presente. «No queremos perder lo que hemos conseguido allí, pero habrá que esperar porque aprovecharemos esta oportunidad para tocar más en España, donde se nos conoce menos».