Un museo de hierro en el jardín de casa

S.F.L.
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El escultor y forjador Iñaki Canterla pretende exponer en una campa en Frías todas sus obras y así crear un nuevo atractivo turístico

Un museo de hierro en el jardín de casa - Foto: I.C.

Las manos de Iñaki Canterla hablan, y junto con los ojos, son el reflejo de su alma, cuentan cosas, son capaces de demostrar cómo se encuentra interiormente y dan rienda suelta a la creación de ideas. Siempre escondidas bajo unos guantes capaces de soportar temperaturas infernales con el único propósito de    materializar las ilusiones que rondan su imaginación.

El llodiano comprendió cuando estudiaba un grado de soldadura a los 16 años que los conocimientos que adquiría no los quería emplear en una fábrica. Él perseguía el complicado sueño de crear arte -que no imposible- que a base de horas de experimentos en su local de Frías y alguna que otra quemadura, logró conseguir. Su materia prima se resume en hierro o acero carbono y la fragua que posee en su casa es su particular oficina. Aprendió a trabajar la forja con Luis Padura, un maestro del Valle de Ayala que proviene de familia de herreros desde el siglo XV, y de su carrera formativa llegó a echar mano de importantes profesionales del sector como los italianos Gabriele Curtolo y Jadran Stenico, ambos italianos.

El artista realiza escultura artística y funcional en hierro de forma tradicional como se hacía antiguamente en la fragua desde su taller en la ciudad fredense, donde desarrolla este trabajo milenario del que ya pocos maestros quedan. De él salen rótulos, carteles, barandillas, cabeceros, herramientas, esculturas y piezas sacras para iglesias y cementerios. A pesar de su juventud -41 años- asegura que trabajar la forja y aliarse con el hierro, el fuego, el carbón, el agua y el aire es uno de sus mayores placeres. «El manejo de estos elementos me aportan la energía que necesito día a día y me ayudan a continuar diseñando y elaborando piezas», aclara.

Vive un momento glorioso y derrocha brotes de creatividad por los cuatro costados. Tanto que se ha propuesto montar un museo al aire libre en el jardín de su casa, en el que expondrá sus obras más destacadas. «Todas no entrarán pero sí un amplio catálogo», bromea. Esta iniciativa surge por el amor que siente hacia su profesión, pero también a su localidad. «Estoy vinculado familiarmente a Las Merindades y elegí Frías como centro de operaciones por tratarse del lugar donde he pasado mis vacaciones de verano desde niño», aclara.

Asimismo, el escultor considera que la futura sala de exposiciones podrá llegar a convertirse en otro atractivo turístico de la ciudad «totalmente diferente a los que tenemos ahora», añade. La hierba como alfombra para proteger las obras y el Parque Natural de los Montes Obarenes garantizan un marco único, al igual que sus creaciones, de las que no hay una igual que otra. Otro paso que el vasco se ha propuesto dar tiene que ver con el tamaño de las mismas. Hasta ahora elaboraba piezas relativamente pequeñas y medianas pero desea empezar ha hacer escultura de gran formato y aprovechar la industria que posee para ello. «Me encuentro en el punto de que tengo el oficio, el arte, la infraestructura y tengo la ambición de ir a lo grande», afirma.

Trabajos. Entre los proyectos más importantes de Canterla destaca su colaboración en la realización de los  bancos de forja de la basílica la Sagrada Familia en Barcelona. Ha participado en cantidad de exposiciones en todo el panorama nacional -la última con su trabajo a Inxestas en Santiago de Compostela- y por el momento pretende centrase en continuar sujetando la maza y golpear sobre el yunque infinidad de trozos de sus compañeros de vida.