Tratado de paz para la guerra del agua

P.C.P.
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La Revilla de Herrán debe ceder la gestión del suministro al Valle de Tobalina y, mientras negocia el acuerdo, garantizar la calidad del servicio a todo el pueblo tras las quejas vecinales

Txune abre un grifo, del que no siempre mana agua suficiente. - Foto: Luis López Araico

La Revilla de Herrán se resistía como una aldea gala en todo el Valle de Tobalina a ceder las competencias en materia de abastecimiento de agua al Ayuntamiento, que sí gestiona las del resto de pedanías. Sin embargo, y tras las quejas de unos vecinos que no reciben ni la cantidad suficiente ni tienen garantizada su calidad, tendrá que hacerlo. El Procurador del Común ha estimado la queja ciudadana y le conmina a iniciar la negociación para firmar el acuerdo de reversión al municipio de las competencias que ha venido ejerciendo desde hace décadas mediante «delegación tácita» y, mientras tanto, garantizar los mínimos de suministro recomendados a toda la localidad.

La resolución se dicta a raíz de la queja formulada por una pareja asentada desde hace años en La Revilla de Herrán, Diego y Txune, que soportan desde hace años sucesivos y sorpresivos cortes de suministro de agua. Sus llamadas y escritos al alcalde pedáneo y a la junta vecinal no solo no fueron inicialmente escuchados sino que tuvieron el efecto contrario, aseguran, hasta generar una crispación «insostenible» que les hizo tener miedo, tras recibir insultos y amenazas, incluso de muerte, que les llevaron a presentar denuncia ante la Guardia Civil, según contaron a este periódico en noviembre, además de acudir a otras instituciones.

Ante el Procurador del Común relataron estos cortes y también su temor por la calidad del servicio, ya que «este abastecimiento aparece sin notificar en el SINAC, lo que impide conocer si se efectúa el oportuno control sanitario, la cloración y el resto de labores que garanticen la inocuidad del agua suministrada» y las labores, incluidas las de interrupción del suministro, se realizan por «personas que no cumplen con ninguno de los requisitos técnicos y sanitarios».

Diego, en la zona donde desarrollan proyectos educativos. Diego, en la zona donde desarrollan proyectos educativos. - Foto: Luis López Araico

En su contestación, la pedanía reconoció esos cortes pero los justificó por «la manipulación de las llaves de las conducciones de la red» que hacían los firmantes de la queja y anunció su intención de «transferir todos los elementos y materiales para su prestación directa y exclusiva por el Ayuntamiento de Valle de Tobalina» del servicio una vez se hayan instalado los contadores, de los que ahora mismo carece la pedanía.

«No nos consta que la intención de renuncia de esa entidad local menor sea conocida y compartida por la Administración municipal», subraya el Procurador del Común. Es más, el Valle de Tobalina se desvincula totalmente en su contestación de este asunto, al responder que «este Ayuntamiento no tiene intervención ni directa ni indirectamente, ni sufraga los gastos, ni percibe importe alguno, ni dicta instrucciones, ni tiene ninguna actuación en la prestación de ese servicio en toda la localidad de La Revilla de Herrán».

Por todo ello, la institución regional considera necesario que se inicie ya la negociación de un acuerdo de reversión del servicio en el que quede «perfectamente definida la situación económica y estructural del mismo, fijando de manera clara las obligaciones económicas o de otro tipo que ambas partes deberán asumir, de manera que se facilite la materialización de la pretendida reversión y con ello no se cause ningún perjuicio a los usuarios afectados», subraya.

Asimismo, y mientras este se materializa, conmina al pueblo a que «en colaboración con el referido Ayuntamiento» adopte las medidas necesarias que garanticen «la calidad sanitaria en el suministro de agua de consumo humano que se realiza» en La Revilla de Herrán, con especial atención al «abastecimiento de los mínimos de suministro recomendados», concluye.

ARCHIVADO EN: Valle de Tobalina