Escribir para no perder las raíces

L.N.
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La séptima edición del concurso literario Arsenio Escolar, que se celebra en el municipio de Torresandino, afronta la recta final para recibir relatos

Escribir para no perder las raíces

Animan a los niños y adolescentes a escribir. A plasmar, ya sea en un papel o con el ordenador, todo cuanto sienten. Cuanto les pasa. Cuanto observan a su alrededor. Que dejen volar su imaginación. Que no se pongan límites. 

Porque escribir, dicen en la Asociación Literaria Esguevanía, también sirve para generar arraigo. Una labor en la que llevan volcados desde 2014 en la localidad de Torresandino a través del Concurso Literario Arsenio Escolar. Es su particular manera de crear lazos con el pueblo, convencidos de que granito a granito se puede conseguir que los más jóvenes mantengan el apego hacia el lugar que vio a nacer a buena parte de sus abuelos y padres, pero que hoy por cuestiones diversas apenas visitan más allá de verano o Navidad. 

Aunque la temática del concurso es libre, la mayoría de niños y jóvenes suelen escribir del tiempo que pasan en Torresandino o en algún municipio de la Ribera del Duero. Se centran especialmente en sus vacaciones y, como no podía ser de otra manera, en las fiestas. ¿Acaso hay algo que una más que las fiestas de los pueblos? 

Sea como fuere, el concurso cuenta con dos modalidades. Una de 0 a 18 años, que a su vez se divide en otras dos (de 0 a 12 y de 12 a 18) y una segunda en abierto. Este año ambas serán online, obligados por la pandemia, como explica Alejandro Casado, presidente de la Asociación Literaria Esguevanía, mientras subraya que todavía hay tiempo para que todos aquellos que estén interesados puedan presentar sus relatos. El plazo concluye el 23 de junio. 

Los premios representan otro aliciente. En la modalidad infantil y juvenil se elige a un ganador y dos accésit. Mientras, en la modalidad en abierto, se conceden tres galardones. El primero de 300 euros y dos accésit de 150 euros cada uno. Pero no sólo eso. La asociación también otorga lo que denomina premio especial local, dotado con 150 euros y que se asigna a un relato escrito por alguien de la Ribera del Duero, el valle del Esgueva y una parte del Cerrato. 

Asimismo, algunos de los relatos ganadores suelen publicarse en la revista Archiletras, que dirige el propio Arsenio Escolar, una publicación que también conlleva un montante económico. 

Siempre hacia delante. El presidente de la Asociación Literaria Esguevanía reconoce que no resulta sencillo impulsar este tipo de iniciativas en un pueblo relativamente pequeño. No obstante, se muestra con fuerzas más que suficientes para continuar con esta labor. En líneas generales, suelen participar entre 15 y 20 chavales de Torresandino y alrededores, muchas veces guiados por "el faro" que representa Arsenio Escolar. "La pretensión es que les sirva de inspiración. Los jóvenes siempre se fijan en un faro que les guía y Arsenio les anima mucho a apostar por el camino de la literatura", apunta. Escolar también sirve de inspiración para los más mayores. Según Casado, muchos participantes son aspirantes a escritores profesionales, que "sólo necesitan un pequeño empujón". 

Si todo marcha según lo previsto y la situación epidemiológica lo permite, la Asociación Literaria Esguevanía entregará sus premios durante el mes de agosto en Torresandino. Siempre cerca de sus raíces.