La alcaldesa de Tobalina rechaza los parques solares

A.C. / Garoña
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Por contra, decenas de propietarios están cerrando los acuerdos con Edora para alquilar las 248 hectáreas que les generarán unos 250.000 euros anuales

La subestación de Red Eléctrica Española que evacuaba la electricidad de Garoña atrae ahora proyectos de renovables. - Foto: Alberto Rodrigo

Los proyectos de instalación de sendas plantas solares fotovoltaicas en el Valle de Tobalina han caído como un jarro de agua fría en el Ayuntamiento, donde el equipo de gobierno ha cerrado filas en contra de estas iniciativas después de convivir durante más de cuatro décadas con Garoña y cuando los residuos radiactivos que generó permanecerán en su Almacén Temporal, de momento, por un tiempo indefinido, al no haber otra solución. La alcaldesa, Raquel González, es tajante y quiere expresar «nuestro más contundente rechazo» a las plantas proyectadas por la empresa Edora y que promueve a través de Vega Lyra Promociones Fotovoltaicas S.L. 

La pasada semana el Boletín Oficial del Estado dio a conocer las solicitudes de declaración de impacto ambiental y de autorización administrativa previa que se han presentado y abrió un periodo de 30 días para conocer los proyectos de esta firma en los términos de Santa María de Garoña y Leciñana de Tobalina. Quienes lo crean oportuno podrán presentar alegaciones en ese plazo y el Ayuntamiento tobalinés ya anuncia que prepara argumentos contra los dos parques solares que ocuparán 114 hectáreas en el entorno de Santa María de Garoña, a apenas un kilómetro de la subestación que recogía la electricidad generada por la planta nuclear, y 134, en Leciñana, a 8 kilómetros de Garoña.

González afirma que «suponen un impacto enorme en el paisaje y en nuestro modo de vida, al pasar del sector agrícola al industrial» y añade que representan «un golpe durísimo», porque «el mundo rural va a sufrir las consecuencias del desarrollo del mundo urbano». La regidora tobalinesa dice defender las energías renovables y la instalación de placas solares fotovoltaicas en edificios. De hecho, el Consistorio está en fase de redacción de un proyecto para instalarlas en edificios municipales y estudia cuales serán los más idóneos para dar energía a la residencia de mayores, las piscinas municipales, el nuevo pabellón multiusos, el colegio o el Hostal del Valle de Tobalina, entre otros edificios. Pero la instalación de 219.492 placas solares entre los dos emplazamientos lo califica como «una invasión del campo en toda regla que nos va a perjudicar más que beneficiar» con el impacto visual tanto de las plantas, como de los nuevos tendidos aéreos que sumarán algo más de 5 kilómetros, mientras que unos 4 kilómetros irán soterrados.

A 1.000 euros la hectárea. Mientras tanto, los propietarios de las parcelas agrícolas que aspiran a ocupar las dos plantas solares fotovoltaicas están cerrando los acuerdos para alquilar sus tierras por alrededor de 1.000 euros anuales la hectárea, lo que representará 248.000 euros anuales. Esta cantidad, como admiten los agricultores, es muy superior a los 500 euros anuales que se le puede sacar de beneficio a una hectárea de secano en esas áreas del municipio, donde señalan aún quedarán cientos de hectáreas libres para continuar siendo cultivadas. «Nos matamos a trabajar para conseguir una pequeña parte de ese dinero», señala uno de los titulares de parcelas que han sido elegidas por Edora para sus proyectos, y que defiende que «las placas solares van a estar camufladas entre el arbolado que hay entre las fincas y ni se van a apreciar». A ello añade como muchas tierras se están cultivando por personas que ya deberían estar jubiladas, pero no encuentran relevo generacional o a quien alquilar sus fincas.