Tras más de 40 años de prestación del servicio por parte de Semat, todo estaba preparado para que a las 12 de la madrugada de ayer Urbaser cogiera el testigo y se hiciera cargo de la recogida de basuras y de la limpieza viaria de la ciudad. La plantilla ya tenía los uniformes, la empresa había traído ya parte de la maquinaria con la que va a trabajar en Burgos, pero todo se detuvo cuando este viernes se recibió en el Ayuntamiento un escrito del Tribunal de Recursos Contractuales de Castilla y León (Tarcyl) en el que se instaba a suspender el procedimiento hasta que se resuelva un recurso que presentó Semat el pasado mes de febrero.

La noticia cayó como un jarro de agua fría en la Concejalía de Medio Ambiente, donde creían superados ya todos los recursos ante el Tarcyl, en los que hasta la fecha ha dado la razón al Ayuntamiento.

En el equipo de Gobierno aseguran desconocer aún en qué se sustenta el último recurso, aunque se piensa que podría tener que ver con la denuncia que interpuso el concejal no adscrito, Julio Rodríguez-Vigil, contra su excompañero, Vicente Marañón por presuntamente haber favorecido a familiares suyos en la adjudicación del contrato de basuras.

Estaba previsto que este mismo lunes se firmara el acta de recepción con el que Semat entregaba las instalaciones y la maquinaria, lo que supondría que Urbaser podría empezar ya a trabajar. Se tuvo que paralizar. Al igual que los trámites para la subrogación de los trabajadores de una empresa a otra...

El concejal de Medio Ambiente, Josué Temiño expresó su «confianza» en que el Tarcyl se pronuncie pronto y lo haga respaldando el criterio del Ayuntamiento. Pero ahora mismo es imposible anticipar cuándo se va a pronunciar y de qué manera lo va a hacer.

Cabe recordar que el contrato de recogida de residuos y limpieza viaria es el más valioso (por su cuantía económica) de todos cuantos saca a licitación el Ayuntamiento capitalino ya que, desde su firma, tendrá una duración de 10 años y supondrá un desembolso de casi 160 millones de euros.

Desde el momento en que se firme el contrato, la empresa tendrá un año para implementar todas las mejoras comprometidas en su oferta. Es decir, para renovar todos los contenedores, incorporar el de la recogida de restos orgánicos (el de color marrón) para implantar la recogida puerta a puerta de vidrio para la hostelería y también en los polígonos industriales o para incorporar nueva maquinaria.

Eso sí, mientras el contrato no se pueda firmar será Semat la que seguirá prestando el servicio y facturando el coste al Ayuntamiento, que le continuará pagando mediante reconocimientos extrajudiciales de crédito.