Aprender de la memoria

I.L.H.
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Alberto Conejero y Xabier Bobés convierten la historia de Antonio Benaiges, el maestro de Bañuelos de Bureba asesinado en la Guerra Civil, en un homenaje a los docentes cargado de poesía

Sergi Torrecilla (i) y Xabier Bobés interpretan ‘El mar’ dentro del Ciclo de Teatro Joven que organizan Ayuntamiento y UBU.

Montse fue la profesora de Literatura y Teatro que cambió la vida al creador escénico y apasionado de la poética de los objetos Xabier Bobés. Al autor, director y dramaturgo le costaba leer y además era muy tímido. Gracias a la maestra le empezaron a gustar las clases de Literatura, que hasta ese momento se le hacían bola, y le interesó el mundo de la escena que al final ha sido su medio de vida. Quien más y quien menos ha tenido una profesora o un maestro que le abriera los ojos cuando no había luz para que mirara hacia aquello que solo ellos veían, con esa capacidad transformadora que lleva implícita la buena docencia.

De esa labor y de quienes la practican va El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca, inspirada en la historia de Antonio Benaiges, el maestro de Bañuelos de Bureba que fue fusilado en la Guerra Civil. Alberto Conejero (La piedra oscura) y Xabier Bobés (Cosas que se olvidan fácilmente) llegaron a la historia de Benaiges por el libro Desenterrando el silencio, y quedaron fascinados por su labor y la intención -truncada por su fusilamiento- de llevar a los escolares a ver el mar. «La historia de Benaiges es muy trágica, pero a la vez muy bella. Lo que consiguió en esos dos cursos está documentado en los cuadernos que crearon con la imprenta. Esos textos tienen un valor brutal porque te cuentan lo cotidiano, es literal y es la voz de los escolares. Fue un acto mágico llevar la luz a ese pueblo y nosotros la recuperamos después de tantos años apagada», apunta Bobés al explicar que la obra del Ciclo de Teatro Joven está creada con esos textos y las cartas del maestro.

Con dos actores sobre el escenario, El mar evoca lo cotidiano a través de los elementos «esenciales y simbólicos» de la escuela rural de Bañuelos: la imprenta, la pizarra, el gramófono y los pupitres movibles. Junto a proyecciones y manipulación de objetos, la obra habla con lenguaje poético de la necesidad de aprender unos de otros desde la equidad. «Hay que aprender de los demás, no es un tema del pasado», añade Bobés para quien hay que hacerlo a diario y toda la vida. «Hay que aprender a escuchar, a compartir y a disfrutar, porque la pasión del maestro se contagia. Como también su modo de observar la vida, que incita a pensar que todo es posible pese a las dudas».

Música de Antonio José. Esa actualidad es la que en su opinión tiene también la enseñanza, tema «trascendente y sin embargo de los más castigados» y a quienes Conejero y Bobés dedican esta obra que rescata la historia de aquellos a los que callaron para que podamos aprender de la memoria: «Ambos hemos trabajado sobre la memoria histórica y teníamos ganas de enlazar la poética del texto y la palabra con la del objeto. Desde ahí hemos generado un espectáculo sobre el legado del maestro que además es un homenaje a quienes ejercen esa profesión». 

Con toda esa carga, la representación de este sábado en Burgos será de las más especiales dado que acudirán vecinos de Bañuelos y familiares de los alumnos de Benaiges. Además, en la obra se escuchan dos temas de Antonio José, Rondó y Danzas burgalesas, por tratarse de un músico burgalés, contemporáneo al maestro catalán y asesinado en similares circunstancias. El mar llega al Principal dentro de los actos del Día Mundial del Teatro (a las 20:30 horas).