El alcalde De la Rosa ha anunciado esta semana que gastará medio millón de euros en luces de Navidad, casi el doble que el año pasado. No está mal; el gobierno socialista que asola España apaga los comercios y aprieta el cinturón energético al ciudadano dejándolo a dos velas, y aquí, socialistas también, aunque por carambola, ponemos más bombillitas que nunca para iluminar el camino que lleva a Belén y a las urnas de mayo. La reina Isabel de Inglaterra iba apagando las luces de sus palacios y nosotros apagamos las de casa antes de que nos las apaguen por decreto o de que se desborde de ceros la factura de la electricidad.
Isabel apagaba luces y De la Rosa las enciende en guirnalda para que se vea, para que se le vea, que esta Navidad es pórtico de año electoral y ya ha dicho en el comité de su partido que quiere que los ciudadanos le digan, como al alcalde calderoniano de Zalamea, «Vos, por alcalde perpetuo/ de aquesta villa os quedad»; o algo así.
Si tuviera empatía con el ciudadano ahorraría en bombillitas de Navidad, que, además de caras, son horteras y frustrantes, pues de un tiempo a esta parte instalan regalos gigantes con chisporroteos de oro y plata que recuerdan los que no tendremos en los zapatos de Reyes porque hay que pagar la luz, el gas, el turrón, la gasolina y los impuestos; por cierto, en breve, podremos liquidar aquí los municipales por Bizum, ahora que algunos ayuntamientos están de vuelta del sistema por la falta de garantías para el contribuyente.
Nos quieren deslumbrar con candilejas, pero lo que de verdad impresiona hoy al ciudadano es llegar a fin de mes con un euro en el bolsillo, aunque no haya lucecitas callejeras en diciembre, que la Navidad bastante tiene con su propia luz.
Con el derroche lumínico que nos anuncian podremos ver la cara que se nos ha quedado tras el trimestre negro que se avecina, con el IPC por las nubes y la moral por los suelos, que hasta vamos a tener que apagar hasta el ordenador y escribir con pluma de ganso, si es que los animalistas nos dejan arrancársela, que ya veremos. «Serán unas Navidades más luminosas», ha dicho De la Rosa. Claro. Una Navidad iluminada por medio millón de euros en bombillas, ande, ande, ande, la marimorena.
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