A salvar vidas también se aprende

B.G.R.
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Maestra en el colegio Santa María la Nueva y San José Artesano, Inmaculada Cuesta lleva su otra profesión, la de enfermera, a las aulas realizando talleres trimestrales de educación para la salud. Reivindica que estos perfiles lleguen a los centros

Alumnos de primero de Primaria del Santa María la Nueva y San José Artesano aprenden de forma lúdica primeros auxilios. - Foto: Valdivielso

Los alumnos de primero de Primaria ya están perfectamente colocados de rodillas sobre la esterilla, donde también se encuentra el muñeco o peluche que les acompaña. Suena la música, esa de la famosa canción Había una vez un barquito chiquitito... pero con una letra diferente: Había una vez una persona dormida, que no podía, que no podía despertar... De esta manera, Inmaculada Cuesta inicia su taller de educación para la salud, que esta ocasión se centra en la reanimación cardiopulmonar (RCP), además de dar pautas sobre la posición de seguridad (de medio lado) y la necesidad de llamar al 112.

Cada sesión de esta maestra está adaptada a los distintos niveles educativos, desde Infantil a sexto de Primaria, enseñanza de forma más lúdica en el primer caso y dejando para los mayores emular una emergencia que deben valorar para saber qué hacer e intervenir. «De pequeños es cuando aprenden y pueden encontrarse ante estas situaciones. Es importante que se vean capaces de actuar», señala esta maestra del colegio Santa María la Nueva y San José Artesano que ha llevado su otra profesión, la de enfermera, a las aulas del centro.

Tras desarrollar durante 13 años su vocación sanitaria en quirófano, Cuesta, que siempre ha estado vinculada a la organización de actividades de tiempo libre, decidió dar un giro a su vida aprovechando la jubilación de un profesor del colegio. No se decanta por ninguna de las dos profesiones porque «me gustan y soy igualmente feliz», si bien «aquí voy a seguir». Es en el  campo de la docencia donde vio la posibilidad de trabajar en aspectos sobre la educación para la salud por su «importancia para la vida» y porque considera que se trata de una materia tan importante para el alumnado como las Matemáticas.

Inmaculada Cuesta lleva más de una década dedicada a la docencia después de haber trabajado en el hospital.Inmaculada Cuesta lleva más de una década dedicada a la docencia después de haber trabajado en el hospital. - Foto: Valdivielso

Comenzó a impartir estos talleres en 2019, cuando el centro puso en marcha un plan sanitario de intervención orientado a la atención de aquellos alumnos que presentan patologías crónicas y requieren, por ejemplo, de medicación que se facilita con el consentimiento de las familias y de acuerdo con la prescripción del especialista. A partir de ahí, se creó un equipo de hábitos saludables, que trabaja, además de los primeros auxilios, la alimentación, el cuidado físico o la higiene bucodental. Pero el momento en que más se notó la presencia de Cuesta fue durante la pandemia, cuando se ocupó de los test de antígenos, protocolos de prevención y de minimizar la ansiedad tanto entre los propios compañeros como entre las familias. «Estábamos abocados a tener que hacer diagnósticos y nos dio mucha tranquilidad que fuera enfermera», señala César Martínez, director del colegio, quien extiende esta valoración a otras situaciones comunes como caídas o cuadros de fiebre, pero también al hecho de que cada vez se dan más casos de escolares con distintas patologías.

Cuesta reivindica en este sentido la incorporación de perfiles sanitarios a los centros educativos, figura, la enfermera escolar, que vienen reclamando desde hace tiempo los sindicatos. En este mismo sentido, se pronuncian tanto Martínez como la directora de Primaria, Virginia Segura, para quienes contar con esta maestra supone un privilegio pero valoran que se trata de una necesidad que «no puede depender de la buena voluntad de una persona». Ya no solo por su labor en sí, sino porque, según subraya la protagonista, permite la «escolarización ordinaria» de niños con problemas de salud y que las «familias puedan vivir» cuando están en clase. Mientras llega o no esta petición, el colegio continuará avanzando en esta línea y ya piensa en habilitar un espacio fijo para educar en la salud.