Empresas sancionadas por superar niveles de contaminación

J.M.
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La nueva normativa provoca ya la apertura de 5 expedientes. Las infracciones detectadas se han tipificado como leves y el castigo no alcanza los 750 euros

Instalaciones de la Depuradora de Burgos junto al barrio de Villalonquéjar. - Foto: Alberto Rodrigo

Hasta hace menos de dos años, la Sociedad Aguas de Burgos no disponía de una herramienta que le permitiera sancionar a aquellas empresas que realizan vertidos con unos valores de contaminación superiores a los límites aconsejables para que los sistemas de colectores y de tratamiento de las aguas residuales no se deterioren y los vertidos no tengan efectos nocivos sobre el medio ambiente. En otras palabras, la empresa municipal se encontraba atada de pies y manos a la hora de atajar conductas castigables hasta que ya avanzado el año 2020 se aprobó la Ordenanza Municipal de Vertidos a la Red de Saneamiento de Burgos, cuyos efectos se empiezan a ver ahora con las primeras sanciones a factorías.

Para exigir el cumplimiento de la nueva normativa, Aguas trabaja de la mano con la Concejalía de Medio Ambiente. La primera se encarga de vigilar los vertidos que las empresas depositan en los colectores y de realizar las mediciones para verificar que se ajustan a los límites y la segunda asume la tramitación de los expedientes sancionadores una vez que se ha detectado una posible infracción.

Los primeros cinco  expedientes ya se han abierto y señalan a importantes factorías del sector de la alimentación, de la automoción... No se trata de infracciones graves ya que todas ellas están tipificadas como leves y el importe de las multas se encuentra por debajo de los 750 euros.

Lo que persigue la ordenanza es que las fábricas, pertenecientes en su mayoría a grupos multinacionales, realicen de una forma correcta el proceso de depuración de las aguas dentro de sus propias instalaciones para que los residuos no lleguen con altos índices de contaminación a los colectores.

La nueva normativa municipal castiga además la reincidencia y eleva el castigo cuando detecta que las irregularidades son reiteradas. Eso sí, los importes de las multas (las más severas se castigan con 3.000 euros) no son excesivamente duras en el contexto de unas compañías que manejan en sus fábricas presupuestos millonarios cada año.

Aunque no es un escenario que se contempla en los primeros expedientes sancionadores que tramita el Ayuntamiento, la ordenanza, eso sí, recoge la posibilidad de que Aguas de Burgos pueda proceder a la clausura de las instalaciones de vertido.

Lo cierto es que la llegada de las primeras sanciones deja ver la existencia de incumplimientos que durante años se han podido quedar sin castigo. Un mensaje que se pretende que empiece a calar en el sector industrial. Por si hay dudas, casi siempre ejemplar.