La sangría en las nacionales sin desdoblar suma 60 fallecidos

D. ALMENDRES
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La N-120, la N-122 y la N-627 han sufrido 48 accidentes mortales en los últimos 20 años. Los duros datos registrados en 2022 y el comienzo de 2023 reactivan las históricas reivindicaciones de los municipios afectados

Accidente en la N-122 - Foto: Isabel Martín

Las carreteras convencionales sin desdoblar de Burgos lamentan el repunte de accidentes mortales y de fallecidos registrados a lo largo de 2022 y en el comienzo del nuevo año. La situación, compleja, reactiva las reivindicaciones protagonizadas por los municipios que ansían la llegada de sus respectivas autovías. 

Los números, siempre fríos, reflejan en este caso la crudeza del momento más grave en 20 años en tres vías fundamentales para las comunicaciones de la provincia como son la N-120, la N-122 y la N-627. Durante este tiempo estos trazados han sufrido 48 accidentes con víctimas mortales, los cuales se cobraron la vida de 60 personas. 

Los ocho siniestros graves registrados en los últimos 13 meses en tramos interurbanos, al que se suma el sucedido en la travesía de Belorado, suman 11 víctimas.El escenario exige un análisis para volver a la cifra de cero fallecidos encadenada desde 2000 a 2006 o recientemente en los años 2012, 2018 y 2019.

La vieja carretera de Logroño protagoniza una situación especialmente sensible.La N-120 acumula 24 accidentes mortales en este siglo, con 29 fallecidos. Aunque entre 2015 y 2021 no hubo que lamentar ningún deceso, los ayuntamientos acumulan casi un cuarto de siglo de lamentos sin respuesta. «Entendemos que en su momento hubiera otras prioridades, como hubo tiempos de crisis o de recortes, pero esto ya es una tomadura de pelo», lamenta Álvaro Eguíluz. 

El alcalde de Belorado destaca la importancia de «insistir» en las reclamaciones conjuntas para acelerar la construcción de la A-12, ya que el problema «es cada vez mayor». «Hay argumentos de sobra para desdoblar esta maldita vía porque se han perdido muchas vidas. Lo necesitamos para reducir desgracias, pero no hay voluntad política», zanja.

La conexión entre Burgos y Logroño soporta una gran densidad de tráfico, al igual que una N-122 que vive con resignación su día a día mientras aguarda con infinita paciencia la futura A-11. Los 9 accidentes mortales registrados en 20 años se cobraron 11 muertos, uno de ellos producido en 2022.

«La carretera está fatal». Así lo resume Juan Antonio Martín, alcalde de Fuentecén, quien destaca los puntos más delicados del trazado. El desvío aRoa, el empalme de Valdezate y, sobre todo, el cruce entre Fresnillo y Vadocondes resumen los peligros de otra conexión tristemente acostumbrada a lamentar siniestros mortales. «Eso es lo peor», matiza Martín.

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