Editorial

Los indultos a los presos del procés y las grietas en el PSOE

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Los indultos a los políticos condenados por el procés cada día están más cerca de llevarse a cabo. Las declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el miércoles desde Argentina, en las que alababa la carta de Oriol Junqueras donde descartaba la vía unilateral para lograr la independencia, reclamaba a la ciudadanía «magnanimidad» y justificaba sus intenciones como una «apuesta por la convivencia» no dejan lugar a las dudas. No hay marcha atrás. Pese a que más de seis de cada 10 españoles están en desacuerdo con la medida de gracia y que muchos de los barones socialistas se han mostrado en contra de la concesión de los indultos, el Ejecutivo mantiene inalterable una hoja de ruta que parece pasar también porque el líder republicano, cuya misiva ha abierto una crisis entre los secesionistas, esté presente en la mesa de diálogo que se va a impulsar y que ayer se supo que los republicanos quieren utilizar para debilitar al Estado.

Los principales partidos de la oposición -PP, Vox y Ciudadanos- celebrarán este domingo en Colón una concentración en protesta por unos indultos que también dan por seguros y que han conseguido volver a unir a las tres formaciones, que consideran un insulto a los españoles que el Ejecutivo ceda a las pretensiones de los independentistas, sin que haya habido arrepentimiento y que, a su parecer, responde a una de las contraprestaciones del pacto entre PSOE y ERC para apoyar a Sánchez.

La táctica del Gobierno para justificar esta medida de gracia es lanzar constantemente el mismo mantra, señalando al PP como responsable de lo sucedido y mostrándose como el salvador de un desaguisado que ha llevado las relaciones entre Cataluña y el Estado al límite. Sin embargo, este argumento se cae por su propio peso, más aún cuando el protagonista de abrir la puerta a las pretensiones del secesionismo fue José Luis Rodríguez Zapatero, dando alas a un separatismo ávido por alcanzar esa quimera, y teniendo en cuenta que fueron los condenados por el procés los que, pese a las decisiones judiciales y a la posición del Ejecutivo de Rajoy, decidieron hacer oír sordos y llevar su delirio hasta las últimas consecuencias, con una surrealista huida hacia adelante que lo único que consiguió generar es crispación y mayor división en una sociedad ya de por sí polarizada.

Varios ministros han pedido a Sánchez que acelere la concesión de indultos, sabedores del desgaste que está produciendo esta situación. El presidente es consciente de que se juega mucho con este movimiento, de puertas para afuera y, también, de puertas para dentro, donde el malestar en el propio seno de su partido ha ido in crescendo y donde la posible elección de Susana Díaz en las primarias andaluzas podría agrandar aún más una grieta que, lejos de cerrarse, cada vez se hace más grande.