La UBU y la Isabel I suben en el ránking de la Fundación CYD

B.G.R.
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La Isabel I supera a la institución pública en los indicadores de máxima relevancia, pero se sitúa por detrás en los de nivel intermedio o bajo. Ambas destacan en el área que analiza la enseñanza y el aprendizaje

Imagen de archivo de una clase presencial en la Facultad de Ciencias de la UBU. - Foto: Alberto Rodrigo

La Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) dio el jueves a conocer los resultados de su ránking anual,  que en esta ocasión ha incluido 76 universidades españolas públicas y privadas. En el ámbito local, tanto la UBU como la Isabel I han mejorado ligeramente sus indicadores de mayor rendimiento dentro de unos resultados globales que sitúan de nuevo a Salamanca a la cabeza de las instituciones de Castilla y León con 14 de estos valores y a la Autónoma de Barcelona como líder de nacional con hasta 28.

El campus público burgalés consigue siete ítems de máxima relevancia, uno más que el año pasado, mientras que la entidad privada de enseñanza online suma dos más hasta lograr 10. La primera lo alcanza en el campo de la Enseñanza y Aprendizaje, con cuatro de ellos en aspectos como las tasas de graduación de grado y máster, las de rendimiento del alumnado o la de estudiantes procedentes de otras comunidades, donde también destaca la institución privada (incluyendo en su caso tasas de éxito), que acumula seis indicadores.

La segunda gran área que analiza la Fundación es la relacionada con los Resultados de Investigación. Aquí, la Universidad de Burgos se anota el mayor valor en el capítulo de publicaciones interdisciplinares y la Isabel I en el de publicaciones de acceso abierto, del que no disponía hace un año. Respecto a la de Transferencia de Conocimiento, la primera sobresale en el capítulo de ingresos por licencias y en spin-offs, en el que, sin embargo, la segunda no obtiene resultados de máximo nivel. No ocurre lo mismo en la de Orientación Internacional, donde la entidad privada consigue dos valores altos, uno en profesorado extranjero y otro más en publicaciones, manteniendo también el de fondos de investigación en el bloque de Contribución al desarrollo regional.

En estos dos últimos campos, la UBU no logra ningún indicador de alto rendimiento, aunque sí de nivel intermedio, donde llega hasta los 18 (dos más que el año pasado) repartidos por los cuatro campos de análisis, mientras que la Isabel I contabiliza cuatro. El estudio también contempla aspectos en los que el rendimiento es bajo, donde la pública continúa con los 12 de 2019 y la privada pasa de 10 a 21.

Entre los aspectos a mejorar en la Universidad de Burgos, según el ránking, figuran el número de publicaciones por profesor; las patentes por empresas; las titulaciones en otro idioma; las prácticas en el extranjero o las publicaciones regionales. Respecto a la Isabel I, incluye cuestiones relacionadas principalmente con la investigación y la transferencia del conocimiento, como los fondos externos; las publicaciones por profesor y con empresas; los contratos posdoctorales o las patentes. Asimismo, se detiene en los títulos bilingües y en las prácticas en firmas de la región.

El ránking analiza por primera vez la empleabilidad de los graduados. En este punto, la Fundación incluye a la UBU entre las universidades con mayor número de indicadores de alto rendimiento en el campo de las Ciencias Políticas, junto a instituciones como la Carlos III, Murcia, Rey Juan Carlos o la Pompeu Fabra de Barcelona. 

El director de la Unidad de Ránkings del campus público, Jesús Manuel Alegre, valoró de forma positiva el avance de la UBU en este estudio, teniendo en cuenta que «tenemos 25 universidades por debajo de nosotros». A pesar de todo, no comparte la metodología del mismo y considera necesario que se revise para que se tengan más en cuenta los niveles intermedios y no solo los de mayor rendimiento.

Por su parte, el rector de la Isabel I, Alberto Pérez Barahona, destacó el avance de la institución al convertirse en la «primera universidad online» en Enseñanza de las 76 analizadas, lo que representa «que seguimos creciendo». Respecto a los ítems de bajo nivel, aseguró que se trata de nuevos valores enviados a la Fundación para evaluar debido a que en algunos casos se carecía de datos al haber empezado a funcionar en 2013.