Los 4 jóvenes arandinos acusados de lanzar bombas caseras contra la Policía Nacional y dañar un coche patrulla durante una protesta contra el toque de queda en Aranda de Duero no tendrán que entrar en prisión, aunque sí han sido condenados a 2 años de prisión cada uno como autores de sendos delitos de desórdenes públicos y daños. 

La Fiscalía y los abogados defensores llegaron a un acuerdo esta semana que evitó la celebración del juicio en el Palacio de Justicia de Burgos, para el que la Audiencia Provincial había reservado tres días. Ese pacto fue posible al rebajar el Ministerio Público su petición inicial, de 5 años de prisión, y aplicarles la circunstancia atenuante de reparación del daño. Asimismo, durante la vista se acordó la suspensión de la pena de cárcel, dado que ninguno de ellos tiene antecedentes penales, por lo que conservarán la libertad siempre que no vuelvan a delinquir en los próximos dos años y notifiquen sus cambios de domicilio, tal y como les explicó el magistrado Francisco Marín a los acusados y a un nutrido grupo de alumnos de Jesuitas que acudieron como oyentes.

Además, tendrán que pagar cada uno de ellos una multa de 2.160 euros, en vez de los 6.480 que se les reclamaba inicialmente.

M.Z., H.R.H., T.A.D. y M.A.H. tenían entre 19 y 22 años cuando acudieron a una concentración contra el toque de queda en la Plaza Mayor de Aranda, el 31 de octubre de 2020, y protagonizaron graves disturbios con lanzamiento de bombas de papel de aluminio y ácido clorhídrico que poco antes habían conseguido dos de ellos en un supermercado. Volcaron algún contenedor y causaron daños en un vehículo del CNP valorados en 820 euros, dinero que ya han compensado.