Triste adiós a cinco años memorables

CARMELO PALACIOS
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El Hereda San Pablo no es capaz de ganar al Fuenlabrada en un Coliseum a reventar y se despide de la ACB un lustro después de su llegada. Cayó con merecimiento ante un rival mejor

Dos aficionados lloran desconsolados tras consumarse el descenso. - Foto: Valdivielso

Intuye la ciencia que justo antes de morir se cruzan por la mente cientos, quizá miles, de recuerdos de toda una vida. Buenos y malos, dulces y amargos. Aquellos instantes que, de una forma u otra, se han vivido de manera intensa y han marcado el camino. Al Hereda San Pablo se le pasaron todos por un rincón de la memoria en la tarde de ayer. Recordó aquella primera reunión con las peñas en Virgen del Manzano que fue el primer paso para la fundación del club y la dolorosa eliminación del play off ante el Peñas Huesca esa primera temporada; en milésimas de segundo viajó hasta Palencia un año después y vio a la afición invadiendo la cancha para celebrar un ascenso imposible; a Epi, Vega, Barrera, Huskic y compañía bañándose en champán en el vestuario. 
Se descubrió pocos meses después debutando en la ACB ante casi 10.000 espectadores y no faltó en ese flash catártico la primera victoria en la élite frente al UCAM Murcia en un Coliseum que ya había convertido el Himno a Burgos en un ritual. Todo ello, incluido el partido que le dio la salvación ante el Zaragoza, atravesó la cabeza de un equipo que estuvo en la lona durante muchas jornadas y tiró por la borda la última oportunidad de agarrarse a la vida. Puso fin a un ciclo de cinco años de ensueño en la ACB de la manera más triste, cayendo en casa con el Fuenlabrada y ante la mirada de 10.000 aficionados.

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