Inés Praga

Esta boca es mía

Inés Praga


Black Friday

12/11/2021

Ya sé que aún faltan dos semanas para Black Friday, pero apuesto a que Ud. pilla sin diccionario esta palabreja -otra- que se nos ha colado en el vocabulario y en la vida. Todavía con la resaca de Halloween, ya estamos los españolitos pensando qué comprar en ese Viernes importado de USA con precios regalados, que diría un castizo. En los Difuntos -perdón, Halloween- me harté de oír eso de truco o trato, un grotesco calco que reproduce el juego consonántico del inglés pero que en español no tiene sentido. Más bien tendría que ser susto o trato o, usando la jerga infantil, susto o chuches. Y ahora, también en noviembre, el Black Friday. Qué servilismo, Gensanta, con la lengua del imperio. No quiero imaginarme a nuestros nietos cuando la colonización lingüística venga de China.

Aquí ya llevamos décadas incorporando monosílabos cool, leyendo bestsellers, practicando running, pendientes del marketing o admirando celebrities. Todo empezó con el deporte rey haciendo gritar a la afición aquello de corner, penalti o órsay (atención a esta evolución de offside, joya del ingenio popular), y siguió con la música, la moda y otras bellas artes. Pero lo que más me asombra es la naturalidad con la que adoptamos/adaptamos cualquier palabro extranjero y en cambio nos entra un tembleque mayúsculo cuando hay que hablar inglés de verdad. Hasta Gila parodió nuestras carencias con los idiomas y quizá recuerden a Los Toreros Muertos cantando en los 80 aquello de My tailor is rich and my mother´s in the kitchen. Hoy el nivel es mucho más alto, pero aun nos falta un hervor. Y no se logra sin una sólida financiación de todos los niveles de la enseñanza (pública) además de aprender disfrutando, porque la letra nunca entra con sangre: por ejemplo viendo pelis en V.O desde pequeños, trabajando esas canciones que berreamos de teenagers y otras actividades lúdicas.

Así que pronto tendremos Black Friday, sin traducción, porque si dijéramos Viernes Negro se nos quitarían las ganas de comprar. No cabe duda que el inglés tiene glamour. Y si no que se lo pregunten a los influencers, ese nuevo oficio que no sé en qué consiste pero que, como se dice en inglés, arrasa. Tome nota, avispado lector.