Una carestía sin precedentes de materiales tensa la economía

G.Arce
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La grave crisis de los semiconductores en la automoción se extiende a todo tipo de productos, suministros y también industrias. Los precios se disparan, incluso por encima del 100%, sin visos de estabilización o bajada en los próximos meses

Una carestía sin precedentes de materiales tensa la economía - Foto: Javier Pozo

No hay suministros industriales básicos en el mercado. Si se les espera es solo con un recargo en su precio del 30%, o del 50%, o del 100% o del 150%..., y sin garantía de que los plazos prometidos de entrega se cumplan. Esta es la realidad del día a día de las empresas burgalesas -de todas, sin excepción- desde finales de 2020, agravada en los últimos meses por la espiral de precios de la energía, y sin visos de solución hasta final de año e incluso el primer semestre de 2021.

Pese a la escalada extraordinaria del problema de abastecimiento, los empresarios consultados confirman que la producción no se ha detenido, que crecen los acopios en almacén (si se puede) y también los pedidos. «Todo se vende como si no pasase nada, pero sí que pasa...», reconocen preocupados.

Los polígonos, el comercio y la gran mayoría de sectores viven inmersos en la gigantesca burbuja de las materias primas y sus precios esperando a que desaparezca al igual que llegó. Pero la presión no para de crecer al compás de lo que marca China, el gran consumidor y regulador de los mercados mundiales; de la especulación de los mercados internacionales y de los pactos entre las pocas navieras que mueven el 90% del tráfico de mercancías que circula por el mundo (y que también desembarca en Burgos).  

La crisis de los semiconductores estalló tras la pandemia, a finales de 2020, y visualizó lo que  ocurre con el resto de producciones. El microchip es un elemento básico en la electrónica de las cosas, desde una pantalla de ordenador, un electrodoméstico o un juguete, hasta la máquina herramienta industrial más sofisticada o un coche. La falta de este componente made in Asia mantiene activados ERTEen toda la industria auxiliar de la automoción burgalesa y para de manera intermitente a sus grandes clientes, las grandes factorías (Ford, Mercedes, Opel...). Los tiempos de un sector tan estratégico están condicionados por la disponibilidad de estos microcircuitos.

Pero la electrónica es solo la punta del iceberg. En Burgos faltan plásticos, espumas, madera, metales, papel, telas y un larguísimo listado de materias primas. Incluso el precio de la harina se ha disparado tras dos años de buenas cosechas cerealistas.

 

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