El alcalde De la Rosa, don Daniel, quiere estrenar en dos mil treintaiuno el traje de regidor de la ciudad europea de la cultura. Lo ha anunciado a la corte. Este jueves. En el Fórum Evolución. Con más de la mitad del aforo reventado de vacío. El munícipe se ha mostrado convencido de que, esta vez, sí; ha encontrado la tecla. Que incluso convencerá a quienes practican, practicamos, lo políticamente incorrecto. El acto de presentación de la candidatura ha consistido en una competición de adjetivos. Ruido sin nueces. Intenciones sin ideas. Blablablás. Los vocablos sonaban y sonaban.

Diríase que el evento estuviese patrocinado por Pasa Palabra (PP) -cualquier parecido con las siglas del Partido Popular de Feijóo es pura coincidencia-. Y es que los adjetivos son así. Nos enseñan que no luce igual destacar la condición de verde en un político que hacerlo en un viejo. Que sólo sirven si expresan cualidad de lo que tiene existencia real. Que son huéspedes en busca de anfitrión. Los ponentes de este jueves demostraron estar tan sobrados de adjetivos, o más, que faltos de sustantivos. Hubo cinco intervenciones, más allá de las reglamentarias de la casta. Y las cinco se dedicaron a lo mismo. Explicar lo que no es nuestra ciudad. Adjetivar la ausencia. El Burgos soñado. Belinda Tato desde Boston, por videoconferencia, extraña manera de promocionar la asistencia, protagonizó la mayor retahíla. ¡Diversa! ¡Ergonómica! ¡Dinámica! ¡Accesible! ¡Coral! ¡Digital! ¡Experimental! ¡Innovadora! ¡Catalizadora! ¡Colectiva! ¡Multidireccional! ¡Lineal! ¡Distributiva! ¡Transcendente! ¡Híbrida! ¡Inclusiva! ¡Abierta! Carlos Contreras Elvira propuso una ciudad metafórica, simbólica, sostenible, libre, integradora y crítica. Y Jesús de la Gándara apostó por un Burgos reverdecedor y bicivilizado. Ninguno de los cinco destacó nada del presente. Expresar lo que se debe ser es la manera más cruel de reconocer lo que no se es. El alcalde aplaudió. Sí. Pero distraído. Escéptico. Como a lo suyo. ¿Cultura? ¿Capital de qué…? ¿Burgos coral? ¿Colectiva? ¿Innovadora? ¿Crítica? Y yo que pensaba que el urbanismo consistía en conseguir girar a la izquierda en el Bulevar. Y encontrar acomodo a las barracas…