Cuando el arte marida con un Ribera

B.A.
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El artista plástico burgalés Carlos Sáez protagoniza hasta el 20 de diciembre la muestra Preto & Cor en la bodega Pago de los Capellanes, en Pedrosa de Duero

Cuando el arte marida con un Ribera

Elementos orgánicos de múltiple espectro, como hojas de árboles y plantas, maderas, superficies texturadas, relieves pétreos o insectos; además de una geometría humanizada o imperfecta, que sirve como elemento de cohesión a casi todos los dibujos de Carlos Sáez, es lo que el público se va a encontrar en la exposición que el artista plástico burgalés inauguró el viernes pasado en la bodega Pago de los Capellanes, en la la localidad de Pedrosa de Duero. 

La muestra, que estará abierta al público hasta el 20 de diciembre, lleva por título Preto & Cor, que traducido del portugués significa negro y color, toda una referencia a la treintena de obras que cuelgan de las paredes de esta bodega, algunas inéditas y la mayor parte de ellas creadas por Sáez a lo largo de la última década. «Preto es una palabra que siempre me ha gustado y que define la mayor parte de mi obra y el color viene a completar esta exposición, así que busqué un título sencillo que definiera las dos vías de esta muestra», comenta el artista. 

Gran parte de las piezas que forman parte de esta exposición proceden de la muestra que el artista protagonizó hace unos meses en el Consulado del Mar, en Burgos. Se trata de obras realizadas con rotulador Edding de color negro, que con diferentes desgastes de tinta consigue unos efectos asombrosos sobre el papel. Una técnica con la que lleva tiempo trabajando e investigando. «Conchita y Paco (dueños de la bodega) vieron la exposición de Burgos y me invitaron a traerla a la bodega. Acepté sin pensar la propuesta, y también la de introducir alguna pieza con color y que me lanzó Conchita», comenta Carlos Sáez.

Así, a esas obras en blanco y negro, el artista burgalés ha sumado cinco cuadros elaborados en color. «He seleccionado entre mi obra algunos de los que más me gustan. Quizá estos sean más biologicistas. Son muy orgánicos y creo que se asemejan a la visión que obtenemos cuando miramos a través de un microscopio. En ellas utilizo rotuladores rotos, sprays, tintas de distintos tipo o gomas de reservas de acuarela. Por el contrario, la obra en blanco y negro muestra mucha geometría y estructuras, es más elaborada que la de color, que es más expresiva y juguetona», relata el artista, que asegura que entre ambas hay un fondo en común, el tema de la biología, de la naturaleza. 

Carlos Sáez ha completado la muestra con seis obras inéditas y que ha creado en exclusiva para esta exposición, por lo que son de reciente creación. En ellas se puede apreciar la innegable afluencia a ciertas bodegas subterráneas, criptas o lugares recónditos, la curiosidad por los cultos mistéricos asociados a Dionisos (dios griego de la fertilidad, el vino, la agricultura y el teatro) al igual que el interés por los materiales vinculados al vino como el roble de los toneles u otras maderas utilizadas en multitud de cubiertas arquitectónicas de bodegas de todo el mundo. 

Y de fondo siempre el papel, fiel compañero de Carlos Sáez en su trayectoria artística. «Es una materia que aporta unas calidades inigualables para trabajar, tengo predilección por él. Entre la obra expuesta hay papel más fino y más grueso», relata. 
Esta es la primera vez que el artista, director de la Academia Provincial de Dibujo desde hace ocho años, expone en una bodega, aunque ya fue el comisario de una exposición que inauguró el espacio de Pago de Capellanes hace unos años. «Invito a conocer esta muestra, que es un resumen de mis últimos diez u once años. Además, se puede observar la obra mientras se disfruta de un buen vino y se visita la bodega», añade.