Tanto apuraron ayer los sindicatos y las patronales de la limpieza de Burgos para alcanzar un preacuerdo sobre el convenio que tuvieron que celebrar la reunión en dos escenarios distintos. Iniciaron el encuentro por la mañana en la sede del Servicio Regional de Relaciones Laborales (Serla), aunque a las 14 horas los trabajadores les desalojaron para cerrar el inmueble.

De este modo, ambas partes tuvieron que coger el coche y desplazarse hasta la Confederación de Asociaciones Empresariales (FAE), donde pasadas las 17 horas firmaron la paz un año después. Y es que la negociación para fijar el marco laboral de alrededor de 3.000 trabajadores en la provincia, la inmensa mayoría mujeres, ha costado sangre sudor y lágrimas.

«Es mejor un mal acuerdo que una huelga», reconocían ayer fuentes sindicales. Y es que la de este martes era, ya sí que sí, la última intentona: o se salía con un acuerdo o preacuerdo o la huelga arrancaría a partir del día 15 por la noche. «Hemos notado un cambio en la actitud de la patronal de grandes empresas», apuntaban esas mismas fuentes.

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