Condenado un vecino de Barbadillo por acosar a un exmagistrado

P.C.P.
-

La víctima, que tenía 86 años cuando le denunció, temía salir solo de casa, llegó a contratar a un asistente para ir al pueblo y acortó su veraneo por miedo

La sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 3 de Burgos ha sido confirmada por la Audiencia Provincial de Burgos. - Foto: Jesús J. Matías

Un vecino de Barbadillo de Herreros ha sido condenado a un año de prisión y multas que suman 2.520 euros por acosar a un magistrado emérito del Tribunal Supremo que pasaba los veranos en la localidad y que llegó a plantearse renunciar a esas estancias ante la actitud de este vecino. La sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 3 de Burgos ha sido confirmada por la Audiencia Provincial de Burgos, que le impone además las costas judiciales, incluidas la de la acusación particular ejercitada por la víctima del hostigamiento y por otro vecino, al que también maltrató de obra, según la sentencia.

Los tribunales consideran probado que la víctima de acoso, de 86 años en el momento de la presentación de la denuncia, vio «afectada su vida diaria en esta localidad al tener miedo del acusado»y que temía salir de casa, «hasta el punto de que tuvo que hacerse acompañar de terceras personas, así como tener que contratar un asistente para acudir a la localidad, abandonarla antes de lo que tenía previsto, e incluso, plantearse no acudir de no haber sido por el dictado de una resolución judicial que impedía al acusado tanto aproximarse como comunicarse con él, teniendo que buscar la compañía de otras personas para salir a la calle y decidiendo retornar con antelación a su lugar de residencia habitual (Madrid) en el verano de 2020 ante la actitud» del acosador», detalla la resolución judicial. 

Entre las expresiones con las que se dirigía a él, la sentencia recoge algunas como 'todos los jueces sois unos vendidos'; 'ya no tienes cargo para que te proteja la Guardia Civil, así que ten cuidado con las noches de Barbadillo' o 'juez corrupto' o 'juezucho de mierda'.

Los hechos comenzaron en el verano de 2019, al parecer a raíz de que el magistrado emérito decidiera dejar de saludar al vecino, y continuaron al año siguiente, momento en el que además el magistrado emérito vivió otros hechos puntuales que agravaron la situación, cuando intentó mediar entre el acusado y otro vecino durante un incidente en el bar y fue empujado por aquel, conducta violenta que le recriminaron varios testigos. Denunciado por ese empujón, pasó un día por la puerta de la casa de un testigo y con ánimo de condicionarle le espetó frases como 'no mientas como hizo tu hermano cuando testificó en otro juicio'; 'eres un mentiroso', 'hijo de puta' o 'un día te voy a partir la cara'.

Por esas frases contra este otro vecino resulta condenado como autor de un delito leve de maltrato de obra y de otro de obstrucción a la justicia, ya que consideran los magistrados de la Audiencia, en consonancia con el juzgado penal, que «la actuación del acusado estaba dirigida consciente y voluntariamente a condicionar la actuación» de este vecino como como testigo en el procedimiento judicial incoado a raíz de la denuncia previa formulada por el octogenario acosado. Aunque el ahora condenado no admite esta conducta con respecto al segundo acusador, sí reconoce haber coincidido con él y saber de la denuncia y de su condición de testigo, «siendo todo ello compatible con que los hechos hayan acaecido en la forma declarada» por la víctima y corroborada por varios testigos, debido a las malas relaciones previas entre ambos.

Otros testigos definieron al acusado como «vehemente y «pesado», pero «no conflictivo», lo que no basta para «enervar las restantes pruebas de cargo», concluye la Audiencia.