Apenas quince días después de las elecciones autonómicas, los vecinos de Castrillo de la Vega volvieron a las urnas este sábado. Se les preguntó, entre otras cuestiones, si están de acuerdo o no en conceder una retribución a su alcaldesa, Florence Amar. En este sondeo informal, como lo calificó la propia regidora, participaron 173 empadronados de un total de 474 censados, es decir, el 36%. De ellos, 90 se mostraron a favor de que perciba un sueldo. Otros 76, en contra. Hubo seis votos en blanco y uno nulo.
Tras el recuento de las papeletas, que se realizó ayer por la mañana en un acto público en el Ayuntamiento de la localidad ribereña, por la tarde se celebró un pleno extraordinario con momentos de cierta tensión. Uno de los concejales de la oposición tildó esta consulta como la "peor" que se podía haber hecho, además de "antidemocrática". Precisamente, el edil socialista Juan Miguel Valladolid no compartió el hecho de que las urnas se cerraran el sábado a las siete de la tarde y no se llevara a cabo el cómputo hasta un día y medio después. "La urna se quedó custodiada por usted -la alcaldesa- y a los dos días se sacan los votos. Hombre, da que pensar. Déjeme que piense mal, que tengo derecho", espetó Valladolid. En su opinión, la alcaldesa "se puede subir el sueldo sin hacer esta consulta a los vecinos ni tanta parafernalia".
Su compañero de filas, Isidro García, cuestionó si 90 votos a favor serían suficientes para otorgar una retribución a a Amar por sus funciones al frente de la alcaldía, un cargo que ejerce desde que el anterior regidor, Juan José Gutiérrez, dimitió en abril del año pasado.
A este reparo, García sumó su deseo de que a él también se le retribuya: "Reclamo que a mí me paguen lo que me corresponde por venir aquí. Que también tengamos retribución por las horas que dedicamos. La cantidad ya se hablará".
Como también se tendrá que precisar el sueldo que, en principio, percibirá Amar. Este asunto se abordará en la sesión plenaria del mes de marzo. Así se explicó después de que García y la alcaldesa se cruzaran en varias ocasiones comentarios del tipo "las dictaduras las llevo muy mal", "relájate un poco" o "relájate tú". Los otros tres ediles del PP y otro no adscrito apenas dijeron nada sobre este asunto.
En cualquier caso, cabe recordar que aunque no hay una norma que especifique exactamente cuánto debe cobrar cada alcalde, la Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local, aprobada en 2013, sí impone un salario máximo. Así las cosas, cuanta menos población tiene una localidad, menor será esa cantidad. Por debajo de 1.000 habitantes, no hay una cifra de empadronados que marque una frontera entre los alcaldes que sí están pagados y los que no. Depende de cada municipio y de los acuerdos de su pleno. En el caso de percibir una retribución, será en régimen parcial. Si esa dedicación es del 75%, el sueldo máximo no puede superar los 31.839 euros; si es del 50%, el límite se fija en 23.348 euros; y si es del 25%, 15.920 euros.
Antes de la consulta, la alcaldesa de Castrillo de la Vega defendió que este trabajo debe retribuirse "sea yo u otra persona, porque hay que dedicarle mucho tiempo (...) sin hablar de la gran responsabilidad que conlleva".
Sí a la casa parroquial. La consulta popular también arrojó la disposición de los vecinos para que el Ayuntamiento compre por 15.000 euros la casa parroquial con 105 votos a favor, 65 en contra, dos en blanco y 1 nulo. Respecto al bar de verano, 75 castrillenses se decantaron por dejar la losa de hormigón así para la instalación del local en las fiestas, frente a los 50 que piden su retirada y los 38 que quieren que se construya un bar fijo.