La final de la Copa Intercontinental ante el Flamengo fue el último encuentro que jugó Aleksej Nikolic con la camiseta del Hereda San Pablo. Aquel partido, del que han pasado casi dos meses, lo disputó ya con molestias en la cadera y desde entonces no ha vuelto a saltar a una pista de baloncesto en un duelo oficial. ¿Qué le ocurre? 

El base esloveno arrastra problemas de cartílago en sus articulaciones desde hace años y, de hecho, ha pasado por el quirófano en varias ocasiones por el tobillo, la rodilla y la cadera. En la cadera, precisamente, sufre un proceso de displasia -el hueso no está bien insertado en la articulación- y una inflamación que se transformó en dolor cuando aterrizó en El Cairo. Hasta entonces, no había notado nada y no es algo excepcional, ya que muchos jugadores juegan con esa afección. «El hueso fricciona con la articulación y duele. A Nikolic, pasó de no dolerle nada a tener molestias sin haber entrenado siquiera», recuerda Dani Hernández, preparador físico azulón y uno de los encargados de su recuperación.

Tras jugar en Egipto, Nikolic apostó por un tratamiento conservador para evitar el quirófano. Pidió opinión en Burgos y también se desplazó hasta Alemania para consultar a un especialista de su confianza. La solución fue un tratamiento conservador de PRP (Plasma Enriquecido en Plaquetas) y trabajo para fortalecer la zona. «Cada día vamos avanzando un poco más. Trabajamos con impacto y oposición, hacemos piscina y gimnasio... Confío en que esta semana, igual mañana, pueda unirse al grupo», comenta.

La evolución de Nikolic «es muy positiva» y su gran actitud en el día a día ha ayudado a que se vayan dando pasos adelante en su recuperación. No obstante, Hernández prefiere ser prudente porque «no es una lesión al uso» y su reaparición quedará marcada también por sus sensaciones (...).

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