El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, ha decidido devolver la dirección técnica del Plan de Emergencias de Burgos (Pembur) a la Policía Local después de encomendar la tarea de su revisión, mantenimiento e implantación al parque de Bomberos. Asimismo, la elaboración de los planes de seguridad de los eventos municipales regresan a Protección Civil y ya no dependen del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Burgos, aunque la idea del Ayuntamiento, en principio, es que los efectivos del parque sí lleven a cabo las comprobaciones de su cumplimiento.

¿A qué responde este cambio de criterio del regidor municipal? A un conflicto laboral con el jefe del Servicio, Miguel Ángel Extremo, que se inició poco después de llegar al cargo hace algo más de tres años, que se ha enquistado en los últimos meses y se ha agravado en las últimas semanas. 

Esta pugna laboral se divide en dos partes. Por una, Extremo aparece en la relación de puestos de trabajo del Servicio tras el acuerdo de 2019 porque es bombero -anteriormente la jefatura estaba al margen de la RPT-, pero no disfruta ni de la reducción horaria de aquel convenio ni de otras ventajas que sí tienen el resto de efectivos por asumir funciones extra.

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