Tras un 2022 en el que la figura delERTE se hizo fundamental en el quehacer diario de muchas compañías, 2023 arranca de nuevo con más Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. Tras la prórroga del que afecta a los empleados de Cerámicas Gala, que se dilatará hasta al menos el 10 de abril, esta semana ha sido la dirección de Lear Corporation la que ha puesto sobre la mesa esta medida.

La multinacional norteamericana sigue de este modo los pasos de su principal cliente, la fábrica de Mercedes Benz de Vitoria, cuyas previsiones de actividad para el curso que ahora empieza no son del todo claras. Lear ha planteado un ERTE para los aproximadamente 450 trabajadores que suma entre sus plantas de Ara y Ardasa, ambas en Villalonquéjar. Una vez logren pactar este expediente, la compañía podrá hacer uso del mismo en caso de que las condiciones laborales lo aconsejen. Es más, se puede dar la ocasión -poco probable- de no tener que activarlo en ningún momento. No obstante, la incertidumbre que rodea a los mercados, especialmente al de la automoción, unida al delicado momento que sufre la cadena de suministros por la falta de semiconductores o microchips, hacen más que probable que se termine empleando. La dirección ha propuesto al comité de empresa de Ara y Ardasa que los trabajadores puedan incluirse un máximo de 90 días, aunque las negociaciones continuarán durante las próximas semanas para definir todos los detalles.

Donde la situación está mucho más controlada es en la tercera de las plantas que Lear tiene en Burgos, la de Magnesio. Emplazada en el polígono industrial de Valdorros, al pie de la A-1, cuenta con una cartera de clientes mucho más diversificada -tanto de automoción como de otros segmentos- lo que le permite salvar estos vaivenes sin problemas.

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