Andreu Casadevall se llevó una gran alegría el pasado lunes al confirmarse el ascenso del UBU Tizona a LEB Oro, una categoría en la que entrenó siete años al conjunto azulón y con el que ascendió deportivamente en repetidas ocasiones. «Estoy feliz porque detrás hay gente muy constante que sabe lo quiere», reconoce.

El valenciano, que también dirigió al San Pablo durante media temporada, se congratula de que el baloncesto burgalés goce de tanta salud, pero aboga porque haya unidad entre los dos grandes clubes de la ciudad: «Deberían estar unidos».

Además, alaba el «trabajo sucio» del Tizona para que todos los clubes puedan disfrutar hoy de ascensos y descensos a ACB. «Es un club que se propuso que hubiera ascensos y descensos, siguió el camino de la justicia y lo consiguió. Ese paso ha ayudado mucho al baloncesto. Igual ha molestado a algún club, pero ha permitido más flujos de jugadores y entrenadores de una competición a otra. Ahora los equipos de LEB Oro inician la temporada con el objetivo de ascender. Eso ha sido gracias al Tizona y el San Pablo ha sido uno de los beneficiados de ese trabajo sucio. El baloncesto burgalés debería estar unido y sabiendo también quién ha hecho cada cosa. Sería bonito verlos juntos», concluye.

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