La capital burebana dispondrá dentro de medio año de un nuevo parque canino adaptado y seguro para las mascotas, cuya construcción correrá a cargo de los ocho alumnos del nuevo programa mixto de formación y empleo. El Ayuntamiento cuenta desde hace varios meses con un terreno amplio junto al río Oca en la avenida Ventorro número 2  que una familia donó, y en el que ya han comenzado con la retirada y el reemplazamiento de varias especies de árboles y arbustos.

El anterior equipo de gobierno, liderado por Marcos Peña, tardó más de un año en localizar el lugar más adecuado para tal fin, pero finalmente se decantó por una zona situada en la subida al Monte de los Pinos, al lado de la plaza de toros.  Sin embargo, el espacio no ha resultado muy frecuentado ya que muchos de los propietarios de canes consideran que «el cercado no es el correcto y no cumple del todo su función» porque existen huecos por donde pueden escapan los animales. También critican la «falta de un bebedero, de luz en los alrededores del parque, solicitan más papeleras y dispensadores de bolsas» para recoger los excrementos.

El proyecto del nuevo recinto, que aún requiere unas últimas pinceladas, plantea que los alumnos «participen sobre los asuntos que pueden resultar más aparentes para los animales» e incluso con los conocimientos adquiridos durante los próximos seis meses, «decidan que plantas plantar en el gran jardín», expone Julián Castillo, docente del curso.

La zona tendrá diferentes paseos con la finalidad de que los cánidos se muevan con libertad e interactúen entre ellos, y también dispondrá de una fuente especial para perros, bancos para que los dueños se relajen y un cercado con dos puertas de se entrada y salida. Asimismo, Castrillo manifiesta que aún «permanecemos a la espera de conocer si habrá posibilidad de instalar alguna serie de juegos para el entretenimiento de los animales». Las primeras actuaciones para transformar la explanada en un parque canino ya han comenzado. En primer lugar se retiró toda la vegetación que invadía la zona y se sustituyó por diferentes especies, y las tareas continuarán a partir de la próxima semana.

El alcalde de la localidad, Álvaro Morales, confía en el objetivo de conseguir una Briviesca verde y declara a este periódico que tanto él como todos los miembros de su equipo «queremos ampliar las zonas ajardinadas y ofrecer a los vecinos que tienen perros un equipamiento del que, actualmente, carecen. La ciudad necesita un parque canino en condiciones y no lo tenemos», aclara. A día de hoy, hay 1.298 canes censados en la ciudad, aunque fuentes municipales aseguran que «probablemente no sean tantos porque algunos mueren y no se les da de baja en el padrón».

Entre mayo y octubre los trabajadores se esforzarán en limpiar y mantener los espacios verdes de la ciudad, así como en la creación de un invernadero junto al punto limpio del polígono industrial La Vega. «El objetivo es realizar trabajos de multiplicación de plantas a partir de una célula, un tejido, un órgano o parte de otra para que nunca falten en los jardines del municipio», manifiesta el profesor.

El Ecyl asume los salarios de los participantes -alumnos, coordinador y monitor- y el Consistorio aporta el material requerido. En la selección de los desempleados que forman parte del programa han tenido preferencia los menores de 35 años, los mayores de 45 y los parados de larga y muy larga duración.

Anteriores programas. En otros cursos, los alumnos han desarrollado nuevos áreas ajardinadas, abierto una senda didáctica en el Monte de los Pinos y realizado tareas de desbrozado, poda, reproducción de plantas autóctonas e instalación de mobiliario en varios puntos de la localidad. Los conocimientos adquirido les facilitará encontrar empleos relacionados con la floricultura y horticultura.