El Duque de Lerma se queda sin homenaje

F. TRESPADERNE
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El Centro de Iniciativas Turísticas de Lerma pospone, por su alto coste y la situación económica actual, el proyecto para colocar una gran escultura ecuestre de este histórico personaje ligado a la villa en la céntrica Plaza de San Blas

Patrimonio autorizó que la escultura se instale en esta zona de la Plaza San Blas. - Foto: DB

Aunque cueste creerlo, lo cierto es que el Duque de Lerma, el gran hacedor de los edificios históricos más importantes de la localidad y al que la villa debe la etapa más rica de su historia, no tiene ni una plaza o triste calle con su nombre, ni tampoco una imagen suya en algún lugar preeminente.

La ausencia de un referente físico a la figura de este personaje, que alcanzó un gran poder y por ello también muchos enemigos, es algo que echan en falta muchos de los miles de turistas que se acercan a Lerma y así se lo han transmitido en ocasiones a los guías del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT). 

Para saldar esta deuda histórica, el CIT lleva trabajando desde hace tiempo en un proyecto que ya está encarrilado y en la rampa para ser ejecutado, pero que ahora, debido a su alto coste y a la situación económica por la que atraviesa el país, se va a posponer «a la espera de tiempos mejores», apunta Lina Valero, presidenta del CIT lermeño.

La intención de este organismo, que ya cuenta con el visto bueno de la Comisión de Patrimonio y el apoyo del Ayuntamiento de la villa, es instalar una gran escultura ecuestre del Duque de Lerma en la plaza de San Blas. Para financiar esa figura, los promotores tenían previsto poner en marcha una campaña de crowdfunding o micromecenazgo online, es decir financiar la obra de forma colectiva, con apoyo de los vecinos, y si fuera necesario recurriendo al Ayuntamiento lermeño.

«El problema para poner en marcha ahora mismo este sistema de financiación a través de donaciones es la situación económica en la que nos encontramos, consideramos no es la mejor y tememos que, al no ser una cuestión prioritaria, como por ejemplo restaurar un retablo o una iglesia, no se pueda lograr el objetivo final», matizan desde el CIT. Aunque prefieren no hablar de dinero, «porque no hemos tenido un presupuesto fijo», desde el centro de iniciativas turísticas manifiestan que ahora el coste se ha disparado muy por encima de los 100.000 euros que se barajaron cuando comenzaron a gestar esta ambiciosa iniciativa.

El proyecto de la figura de Duque a caballo, que de momento es un boceto y una maqueta a pequeña escala, es obra del escultor Jesús de Zafra, seudónimo con el que firma sus obras el artista extremeño Jesús Martín Gómez. Para realizar este boceto se ha inspirado en el retrato de Francisco de Sandoval y Rojas, Duque de Lerma, realizado en el año 1603 por el pintor Pedro Pablo Rubens y que se encuentra colgado en el Museo del Prado.

Mejores tiempos. Desde el CIT insisten en que el proyecto «sigue vivo, está ahí y vamos a esperar a que la situación económica mejore para encargar la fundición en bronce de esa gran escultura, dos o tres veces el tamaño real, excepto que aparezca un mecenas que quiera asumir el coste de la obra», apuntan a la vez que indican que contar con una figura ecuestre del Duque de Lerma, en un lugar como la Plaza de San Blas, mirando al Palacio Ducal, hoy parador de turismo, es un recurso turístico más y 'garantiza' la realización de miles de fotos. 

Aunque sin duda tendrá una rentabilidad turística, colocar una escultura del Duque de Lerma, apuntan desde el CIT, también es rendir un homenaje al hombre más poderoso del reinado de Felipe II. Francisco de Sandoval y Rojas, cuenta la historia, se hizo inmensamente rico a costa de saber manejar el tráfico de influencias.

Para dejar constancia de su poder como mecenas de la Villa Ducal de Lerma empleó parte de su fortuna en engrandecerla y embellecerla contratando a los más sobresalientes arquitectos y utilizando los mejores materiales. La mayor parte de los edificios que construyó fueron diseñados por el arquitecto carmelita descalzo fray Alberto de la Madre de Dios, a quien se deben la colegiata y los conventos de la Encarnación, San Blas, Santo Domingo y Santa Teresa, así como la finalización del palacio ducal, que había proyectado Francisco de Mora.

De momento el homenaje lermeño a este controvertido personaje histórico tendrá que esperar a que amaine la crisis económica y se disipe la inflación que no conoció el Duque de Lerma.