Solo dos alcaldes de las pedanías mirandesas aspiran a repetir

Ó.C. / Miranda
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Los representantes de Montañana y Orón son los únicos que por ahora lo tienen claro. La de Ircio duda, mientras que en Suzana, Ayuelas y Guinicio el pueblo tendrá que buscar un relevo para el cargo

Orón, la pedanía más poblada de las seis, ya tiene candidato para las elecciones de mayo. - Foto: Ó.C.

Las elecciones municipales de mayo cada vez están más próximas. Poco más de dos meses restan para que los vecinos pasen por las urnas, aunque para que esto suceda tiene que haber personas que den un paso al frente y se presenten como candidatos. En las ciudades, e incluso en los pueblos, resulta común que existan listas de sobra, aunque en las pedanías mirandesas cada vez hay más problemas.

En los comicios de hace cuatro años, en Ayuelas y en Guinicio tuvieron que ir a una segunda vuelta, porque nadie levantó la mano en un primer momento. Esta situación puede repetirse en cuatro de las seis entidades locales, ya que solo optan a la reelección el alcalde pedáneo de Orón y el de Montañana. En Ircio todavía hay dudas y en Suzana, Guinicio y Ayuelas buscan un relevo.

Tanto en el PSOE como en el PP apuran los tiempos para encontrar nombres. En esta legislatura, los populares retienen cuatro y dos los socialistas. En ambos partidos marcan mediados de abril como fecha para tener las listas claras y evitar demoras. De momento, en el Partido Popular saben que Ricardo Da Rocha en Orón y Carlos Bóveda en Montañana han  confirmado su ofrecimiento. «Ya he dicho que sí y mis otros dos compañeros que me ayudan también», afirma Bóveda. Da Rocha admite que «tampoco es que tenga muchas ganas, pero hay que luchar para que esto no quede desierto». Los dos apuntan que disponen de «tiempo libre», un factor determinante, ya que en todos inciden en que el papel que ocupan «es muy sacrificado».

Por este motivo, todavía mantiene la incógnita Olga Montaño en Ircio. Hace cuatro años entró en la Alcaldía y en esta recta final antes de decidir, confiesa que está colocando lo bueno y lo malo en una balanza para tomar la decisión definitiva. «La pena es que nadie valora lo que se hace en las pedanías», repara mientras deshoja la margarita, al tiempo que incide en que «al final también te presentas porque este es el lugar en el que vives y quieres que salgan las cosas», pero a veces «hay situaciones que te hacen pensar en si todo esto merece la pena», matiza.

Rafael de Austri (Guinicio), Esther Martínez (Suzana) e Íñigo López (Ayuelas) tienen claro que su tiempo ha pasado, aunque todos ofrecen su mano si el siguiente necesita una ayuda.  «Creo que he servido con creces  y tampoco siento ninguna recompensa», lamenta Martínez, que hace cuatro años asumió el cargo. El desgaste hace mella en los que dan por concluida su etapa. Incluso en Ayuelas yGuinicio, donde en las últimas elecciones sus vecinos acudieron a la segunda vuelta, se muestran firmes sobre su negativa. Estos dos casos llevan el sello del PSOE y en el partido también se afanan en nombrar sucesores.

«En este pueblo últimamente siempre se presenta alguien en la segunda vuelta, es como una manía», afirma Rafael de Austri de Guinicio, que como sucede con Íñigo López, sabe que si nadie toma el testigo una gestora de la Diputación de Burgos asumirá el mando. «Después de ocho años toca dar el relevo y espero que haya alguien que lo coja», indica López, que reconoce que por ahora «ningún vecino ha asumido la responsabilidad, aunque sí que hablo con alguno». De Austri cuenta una situación similar, ya que aclara que «lo dejo y no se quién lo hará porque lo estamos hablando en el pueblo y no hay nada concreto»

Complicado. La dedicación, el esfuerzo y la dificultad en la gestión retrae a muchos de ellos. «Hasta que no estás metido no sabes lo que es», puntualiza Montaño, porque no resulta fácil cuadrar las cuentas,  ya que tienen mucha dependencia del Ayuntamiento de Miranda, que entrega entre 10.000 y 12.000 euros a cada una de ellas. El problema está en que ese dinero tarda en llegar, como manifiesta Da Rocha, quien critica que «el 30% de la subvención del año pasado la teníamos que haber cobrado ya y todavía no nos lo han dado», pero además lamenta que «a nosotros nos obligan a presentar las cuentas del gasto del 100% antes de fin de año».

Los quebraderos los encajan sin percibir ninguna prestación económica por su labor. «El alcalde pedáneo no recibe un duro, es más, al final tienes que poner», zanja De Austri. «Sabemos dónde nos metemos», añade Montaño sobre este punto, aunque al final todos los esfuerzos hacen que las ganas caigan, porque además «en el pueblo tampoco agradas a todo el mundo», destaca Martínez, que indica que la solución debería de estar en los jóvenes, pero «no se comprometen y con la gente mayor pues tampoco hacemos nada», apunta la representante de Suzana, que espera que las nuevas generaciones mantengan la vida de estas entidades menores de Miranda.