Por una de esas extrañas carambolas de la vida, el futbolista que más goles le ha hecho a Ter Stegen en España no ha sido Benzema (ni siquiera Cristiano) ni alguno de los grandes sospechosos habituales. Iago Aspas le cambió el gesto nueve veces, y ambas cosas son muy complicadas: tanto hacerle nueve tantos al Barça como cambiarle la cara al alemán. Por eso, la jugada del minuto 84 tiene tanta trascendencia, tanto peso histórico. 

Un mano a mano, en estos niveles, tiene más peso psicológico que técnico. Es decir: se supone que un delantero de primer nivel encara a un portero de primer nivel: la 'creme' de la 'creme' frente a frente. Aspas, la particular 'bestia negra' de Ter Stegen, se encontró una pelota franca y en ventaja dentro del área pequeña, y el arquero germano salió a toda velocidad para tapar hueco lo antes posible. Era un encontronazo que decidía el liderato, porque, efectivamente, en un mano a mano nunca hay dos ganadores. El blaugrana salió abierto en cruz y estiró la pierna izquierda hasta el límite para evitar la diana del capitán de los celestes, que había pisado la pelota para despistar y tirar con la pierna derecha. 

De una manera contundente, Ter Stegen lanzó un mensaje a un Camp Nou al borde de la taquicardia: incluso cuando todo está fallando, podéis contar conmigo. Y más de uno tuvo que esconder la cara bajo el cuello de la camisa, recordando cómo habían puesto a parir al guardameta en los últimos tiempos… y cómo la crítica, injusta hasta decir basta, era que ya no hacía imposibles ni milagros. Que ya no salvaba al equipo como antes. 
En un mar de lesiones y dudas y en una semana determinante en 'can Barça', que la alineación comience por «Ter Stegen en la portería» tranquiliza un poco.