El Camino conserva su magia

R.E.M.
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A pesar de que la crisis del coronavirus ha generado un notable descenso en el número de peregrinos, las calles y los monumentos de la provincia son testigos de que en la ruta con destino a Santiago de Compostela se siguen creando historias únicas

El Camino conserva su magia - Foto: Jesús J. Matías

Cada kilómetro recorrido, cada monumento visitado y cada conversación mantenida quedan guardados en una gigante mochila de recuerdos que perdura en el tiempo. Nuevas amistades, descubrimientos de lugares y el hecho de vivir una aventura única hacen que el Camino de Santiago siga siendo idóneo para crear historias. La crisis del coronavirus ha impedido que múltiples personas hayan podido realizar la ruta jacobea este año. Sin embargo, ni una pandemia ha conseguido acabar con la magia que siempre ha tenido la ruta jacobea.

Entre esas entrañables historias que suceden con frencuencia en el Camino encontramos la de Hugo Delecourt y Kolja. Uno procedía de Barcelona y lo realizaba por primera vez después de sentirse "en una jaula" viviendo en su piso durante la cuarentena. El otro llegaba de Alemania y lo hacía por tercer año porque le encanta. Arrancaron en Francia y en el trayecto han forjado una buena amistad. De momento, de la provincia se quedan con la parte del bosque desde Villafranca hasta San Juan de Ortega, aunque "al llegar a Burgos hay que andar por la carretera y es un poco peligroso, eso no nos ha gustado mucho", reconocen los jóvenes. Buscaban un pincho de morcilla al llegar al centro después del duro día de ayer, en el que la lluvia no cesó.

Javier Marqués convenció a su compañero de trabajo José Manuel Martínez para realizar la ruta en bici, y dicho y hecho. Estos dos zaragozanos iniciaron el viernes el recorrido en Logroño con sus bicis y ayer partieron de Belorado para llegar sobre las 13 horas a la Catedral, con la que se hicieron unas cuantas fotografías mientras comentaban que "es preciosa, igual de llamativa que la Basílica del Pilar". Ver el templo gótico era parada obligatoria, pero se marcaban como objetivo llegar a Castrojeriz para acabar en Santiago en diez días.

A buen ritmo para no quedarse fríos recorrían la calle Vitoria Carlos Pena y Manuel Capín, procedentes de A Coruña y Almería, respectivamente. Manifiestan que "en la provincia está todo muy bien indicado y se ven pueblos bonitos e interesantes", aunque también creen que el albergue municipal de la Casa del Cubo -cuya reapertura fue el martes después de seis meses cerrado- debería abrir un poco antes de las 13 horas, "si hace bueno no pasa nada, pero si está lloviendo tenemos que hacer tiempo mojados y sin poder dejar las mochilas". Empezaron el 8 de septiembre y tienen intención de poner punto y final el 10 de octubre, pero al llegar a Burgos tenían como principal deseo probar la gastronomía y especialmente el cochinillo.

Un sinfín de razones para enamorarse de la ruta jacobea, que cada año sigue atrayendo a miles de peregrinos y que para las ciudades que atraviesa también supone un importante impacto económico.

Una ruta segura. Belorado acogió ayer por la mañana una jornada de "camino amable, seguro y libre para las mujeres" donde una treintena de vecinos realizaron una marcha desde la entrada del Camino de Santiago en el pueblo hasta la Plaza Mayor. Se entregaron diplomas y quedaron inaugurados bajo esta perspectiva de género los albergues colaboradores, que en esta ocasión fueron dos -de doce-, El Corro y la Casa Waslala. "Consistía en formarles, dotarles de un protocolo para actuar y en caso de que se den agresiones de este tipo sepan cómo reaccionar", explica el alcalde, Álvaro Eguíluz. Como reconoce, se trata de algo completamente necesario para dar seguridad a todas las personas que quieran hacer la ruta y por ello "tarde o temprano tienen que llegar" al resto de albergues.