Consciente de la muy deficiente información que hasta ahora tiene la ciudad sobre la calidad de su propio aire, el Ayuntamiento de Burgos espera desde hace unos meses la instalación de 15 nuevos medidores en otras tantas ubicaciones. Dicen los responsables municipales que será cuestión de días, o de semanas como mucho, la puesta en marcha de estos aparatos que han costado 71.814 euros y que funcionarán durante los próximos cuatro años.

Adjudicados a la empresa Envira Sostenible, en principio iban a ser 8 los emplazamientos pero el listado finalmente se duplicó. Para su funcionamiento hay que trabajar en la conexión informática, el único impedimento que justificaría su retraso, aunque la intención de la administración municipal es ponerlos en marcha este mismo mes de marzo.

A falta de la concreción definitiva, el Consistorio ya anunció que quiere ubicarlos en todos los distritos, especialmente en zonas próximas a centros educativos o de salud, así como en calles principales de barrios como Parralillos, G-3 o incluso en zonas periféricas muy alejadas del centro como La Ventilla o Villagonzalo Arenas. Y todo ello pensando en el futuro mecanismo del 'Burgos central' y el afinamiento de los protocolos de actuación para, llegado el caso, cerrar al tráfico el corazón de la ciudad.