Un sinfín de posibles soluciones frente al cambio climático

L.M.
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Aumentar las zonas verdes, más fuentes, pavimento que drene el agua, corredores ecológicos o eliminar el coche, algunas medidas

Aumentar las zonas verdes, más fuentes, pavimento que drene el agua, corredores ecológicos o eliminar el coche, son algunas posibles medidas para frenar el cambio climático. - Foto: Christian Castrillo

Primero fue Naciones Unidas, a través del Grupo de Trabajo 1 del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el que alertó de la grave y delicada situación en la que se encuentra el planeta. Tras ellos ha sido el Observatorio de la Sostenibilidad el que ha vuelto a incidir en esa subida de las temperaturas que pone en jaque a la Tierra tal y como la conocemos.

Pero, ¿qué podemos hacer para tratar de revertir o, en el peor de los casos, apaciguar este problema? Las medidas son sencillas, pero han de ejecutarse en tiempo y forma para que sean efectivas. Desde el Observatorio de la Sostenibilidad apuntan algunas: aumentar el número de árboles, jardines, cubiertas y fachadas verdes, habilitar fuentes urbanas, vaporizadores, la restauración ecológica de los ríos, instalar pavimentos drenantes para favorecer la infiltración del agua...

También tienen mucho que decir la configuración de las ciudades y el urbanismo para combatir el cambio climático.La creación de anillos verdes o bosques urbanos que consigan integrar a las capitales en los ecosistemas del entorno puede ayudar, y mucho», apunta Fernando Prieto, Doctor en Ecología y miembro del Observatorio de la Sostenibilidad. Además, plantea que se pueda diseñar y planificar cualquier actuación urbana incluyendo el factor del riesgo climático.

El valor de lo próximo. Otro de los puntos a tener en cuenta para tratar de revertir esta situación es poner en valor los productos de proximidad.El responsable de la Fundación Oxígeno, Roberto Lozano, explica que la industria agroalimentaria es una de las mayores fuentes de expulsión de metano y de dióxido de carbono a la atmósfera. «No puede ser que en Burgos se coman más lechugas de Almería que de Melgar o Medina», lamenta Lozano. Asegura que, de media, los alimentos que consumimos recorren 5.000 kilómetros, una cantidad que conlleva un gasto«completamente prescindible». «Esto no quiere decir que haya que consumir de peor manera, sino de otra forma que posiblemente sea de mayor calidad», asegura Lozano. El transporte compartido o la generalización del tren, otros dos posibles remedios.