A la campaña de bonos al consumo iniciada el 30 de diciembre por el Ayuntamiento de Medina de Pomar aún le queda mucho dinero que poner en circulación, puesto que de los 200.000 euros que podría llegar a inyectar en comercios y hostelería, de los que 80.000 (40%) aportarían las arcas municipales y 120.000 (60%), los ciudadanos, solo han ido a manos de los consumidores y terminarán en las cajas de las tiendas cerca de 75.000 euros en bonos. Esto significa que el Consistorio ha aportado casi 30.000 euros, pero aún le quedan otros 50.000 por gastar. Por ello y para que todo el dinero llegue a los 52 establecimientos de la ciudad adscritos a la campaña, el alcalde Isaac Angulo avanza que se va a ampliar y abrir a que quienes ya han comprado sus bonos puedan adquirir más.

Hasta ahora, los mayores de 18 años, empadronados y no empadronados, podían comprar un máximo de 40 euros en bonos de 10 o 5 euros, de los que el Ayuntamiento aportaba el 40% de la compra, es decir 16 euros de cada 40. Pero otra medida que estudia el regidor y que se podría implementar ya en marzo es la ampliar esa cantidad límite a «50 ó 100 euros» e incluso el plazo para gastar los bonos más allá del 30 de abril establecido inicialmente.

DB pudo comprobar que, tras mes y medio de campaña, aún hay quienes desconocen que pueden aprovechar estos descuentos, si compran sus bonos en medinadepomar.bonoconsumo.es, o quienes piensan que solo pueden adquirirlos los empadronados.

Alain García Orive, en su tienda de telefonía móvil e informática 2 In Side Movil. - Foto: A.C.

Para contrarrestar esa desinformación, en negocios como la Ferretería Gabriel Fernández, Magdalena Fernández no ha dudado en animar a sus clientes a utilizar los bonos e incluso ayudarles a conseguirlos desde el móvil en el momento de la compra. Fernández destacaba como en su tienda, desde hace 31 años en la calle Algorta y desde 1830, en la ciudad, «la crisis se ha notado, pero los bonos han sido fabulosos» y esta campaña está siendo más beneficiosa que la lanzada en 2020 por el Consistorio con tarjetas prepago. 

Mientras, Agurtzane Peña, quien ha estado al pie del cañón desde el 1 de agosto de 1983, en que Medinapiel abrió sus puertas, opinaba que la campaña municipal viene muy bien en los difíciles meses invernales, porque «todo lo que sea animar, por poco que sea, a gastar un poco más, me parece perfecto». En este negocio de ropa, calzado y complementos ven como los clientes «los están utilizando o incluso reservan artículos porque no han sacado aún los bonos y piensan hacerlo». En su caso, la mayoría de  los bonos los canjean medineses, a pesar de que la campaña está a disposición de cualquier consumidor que quiera comprar en la ciudad.

Con una voz más crítica, Alain García, de la tienda de telefonía e informática 2 In Side Movil, consideraba que la campaña «llegó tarde en Navidad», pero también planteaba, como otros comerciantes que debiera abrirse a menores de 18 años y combinar la fórmula de los bonos on line que se canjean a través de los teléfonos móviles con las tarjetas físicas para ponérselo fácil a personas de mayor edad que no saben realizar la compra de los bonos por internet o manejar smartphones. «Estoy encantado de que se hagan cosas, pero se nos debería consultar antes», concluyó este comerciante.