La cara de Paco Olmos ayer en la sala de prensa lo decía todo. El entrenador del Hereda San Pablo resoplaba con cierta resignación antes de dar las claves de la derrota de su equipo, que controló el encuentro durante la mayoría del tiempo, pero regaló la victoria en los últimos minutos. «Hemos cometido algunas pérdidas imperdonables», sentenció Olmos. 

El entrenador de los burgaleses estaba decepcionado por «una derrota dura y dolorosa» en la cancha de un rival directo. Y no solo por el tropiezo, sino por la forma en la que se produjo: «Hemos llevado el partido donde queríamos durante 35, 36 o 37 minutos con un gran trabajo defensivo, sin dejarles correr, reboteando bien, negando sus armas... y, cuando el encuentro estaba para cerrarlo, hemos perdido la concentración y hemos cometido algunas pérdidas imperdonables tanto en ataque como para poner el balón en juego».

El preparador valenciano  admitió que están «tocados, afectados y todavía en shock» después de la derrota, pero lanzó un mensaje de optimismo de cara a las cuatro jornadas que restan: «Esto va a seguir. La primera regla es no quitarnos, reagruparnos y prepararnos juntos para la siguiente batalla (...)».

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