La tarde era desapacible en el alto de Sarriena, lugar donde se encuentra instalado el campo del Leioa. Aquel 22 de diciembre de 2019 Miguel Pérez Cuesta 'Michu' se estrenaba como director deportivo del Burgos después de haber sido presentado 4 días antes. El 5-0 con el que comenzó la era Michu no hacía presagiar que a partir de aquel momento los pasos que daría el equipo siempre serían hacia adelante. Nadie pensó aquella tarde que en la campaña 22-23 el proyecto blanquinegro formaría parte de la Liga SmartBank y que llegaría al ecuador de la competición siendo un aspirante a todo. 

Esa primera experiencia como miembro del área deportiva hizo que el asturiano comenzara con muchas dudas. Y aunque parezca que ha pasado una eternidad, han transcurrido poco más de 3 años desde aquel naufragio con letras mayúsculas que obligó a José María Salmerón, entonces entrenador del equipo, a pedir perdón a la afición en la rueda de prensa posterior. El Burgos había tocado fondo y necesitaba una figura a la que aferrarse para remontar el vuelo.

El Burgos ha pasado en ese periodo de tiempo de caer humillado en Leioa por un equipo que se encontraba en puestos de descenso a Tercera División,  a convertirse en la revelación de Segunda y haberse ganado el respeto de todo el fútbol profesional. El club ha ido cimentando su futuro piedra a piedra y uno de los nombres propios en este proceso es Michu, arquitecto de los últimos proyectos que han catapultado al Burgos y han provocado que la afición recupere la ilusión.

Con los números en la mano y sin caer en las cuentas de la lechera, en estos tres últimos años el escenario ha cambiado drásticamente. De coquetear con la Tercera, a estar por méritos propios entre la nobleza de la Segunda y siendo uno de los equipos mejor colocados para luchar por los puestos que permiten soñar con la Primera. La mejoría ha sido notable.

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