Creador de almas animadas

B.A.
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El compositor catalán Manel Gil-Inglada, premiado por la banda sonora de la película 'D´Artacán y los tres Mosqueperros', se muda a Vilviestre del Pinar y compra otra casa para instalar un estudio de música independiente

El compositor Manel Gil-Inglada, en la puerta de su casa enVilviestre delPinar, donde tiene un pequeño estudio. - Foto: f2estudio

El poder de la música es infinito. Nadie duda de que escuchar una canción pueda levantar el estado de ánimo o que oír otra nos llene de nostalgia al remover emociones del pasado. Su papel en el cine, como en la vida, también es fundamental: una película sin su banda sonora es una película sin alma. Por eso, compás a compás, nota a nota, los autores que crean las melodías de estos audiovisuales van dotando de esencia a los personajes, especialmente cuando se trata de filmes de animación. Y en esto Manel Gil-Inglada es todo un referente. Este músico catalán, afincado en Vilviestre del Pinar, de donde procede la familia de su mujer, acaba de ser reconocido con el premio Movie Music International Awards por la banda sonora de la película de animación D´Artacán y los tres Mosqueperros, basada en la serie televisiva del mismo nombre y ya disponible en la plataforma Netflix. 

Su compositor define a la premiada música de esta película coral como una gran banda sonora, muy entretenida. «Son casi 80 minutos de armonía con la que se contribuye a crear el alma de los numerosos personajes que la protagonizan. Eso se logra con melodías, con muchas melodías preciosas asignadas a cada uno de ellos para que resalten todas sus características, lo que contribuye a la narración de la historia», señala. 

Gil-Inglada, autor de otras reconocidas melodías como la de Barrio Sésamo, Los Lunnis o la del informativo de La 2, comenzó a recibir buenas críticas a su trabajo al poco de estrenarse la película, en agosto del año pasado. Además de opiniones favorables de críticos expertos pertenecientes a la International Film Music Critics Association, su banda sonora también quedó segunda en los reconocidos Movie Music UK Awards, por detrás de la película de animación Raya y el último Dragón. «Uno no hace su trabajo para recibir premios, sino para contribuir con la música a que la película sea mejor, pero claro que gusta que te reconozcan. No solo a nivel individual, sino también por la película en general ya que ayuda a la difusión de la misma en otros mercados. Y es un orgullo que la estén premiando y seleccionando entre otros trabajos».

La producción de esta película terminó de gestarse al principio del 2020, y en junio de ese año se grabó su música en Pamplona, con la Orquesta Sinfónica de Navarra, el Orfeón Pamplonés, su Escolanía y contando con las voces de solistas como Cristina Ramos o Serafín Zubiri. «Ya se ha estrenado en cines de toda Europa y parte de Asia y se va a estrenar en EEUU. Creo que es una película que va a tener un gran recorrido, no solo por la nostalgia por la que atrae a mucha gente, sino porque también está gustando al público más joven que la está viendo». 

Una de las premisas a la hora de crear la banda sonora de D´Artacán y los tres Mosqueperros era que tenía que sonar la melodía que Katsuhisa Hattori creó para la serie. « Y yo utilicé con gusto esa sintonía. Además, para el final de la película hice un arreglo de la misma para orquesta y suena en todo su esplendor, en formato karaoke, ya que aparece la letra proyectada para que el público pueda cantarla». Al margen de esta conocida canción, Gil-Inglada ha creado el resto de la música, temas totalmente nuevos para muchos personajes que no tienen nada que ver con esa sintonía original. 

Nuevo estudio. Este reconocido autor musical, que últimamente se dedica más al cine de animación, es el artífice también de las sintonías de otros espacios televisivos como el Escarabajo Verde o Saber y Ganar. Durante sus casi cuarenta años de carrera también ha creado la música de numerosas series de televisión o de espacios como el pabellón de España en la Expo de Lisboa en 1998. Se formó como guitarrista en el Aula de Música de Jazz de Barcelona y desde este verano vive de forma permanente en Vilviestre. Allí reformaron la casa que perteneció a la abuela de su pareja y en ella han pasado temporadas durante los estíos o Navidades, pero tras probar en la pandemia como sería una estancia permanente, la pareja ha decidido instalarse de forma definitiva en la localidad serrana. De hecho, han comprado una casita junto a la suya para establecer en ella un estudio de música independiente y más grande, ya que ahora lo tiene en su domicilio.