«Ha sido más difícil de lo que pensaba. Ha sido una obra de extrema dificultad en la que he estado en el trapecio prácticamente sin red». Así se expresaba en 1997 el arquitecto José María Pérez, Peridis, en las vísperas de la reinauguración del Teatro Principal de Burgos, cuyas obras de rehabilitación dirigió durante dos años. Peridis, protagonista desde este este jueves de una exposición en el Arco de Santa María sobre su trayectoria como dibujante, humorista, escritor, arquitecto y promotor cultural, fue protagonista clave de la recuperación de este teatro de propiedad municipal, junto al rector de la Universidad de Valladolid, Fernando Tejerina y al alcalde de Burgos Valentín Niño, que dio carpetazo a las pretensiones de su antecesor Peña de convertir el edificio isabelino en oficinas municipales. Un teatro que abrió por primera vez en 1858 y que llevaba cerrado desde 1946. Medio siglo abandonado pese a la movilización de muchos colectivos ciudadanos. Con importantes aportaciones del Gobierno central en mayo de 1995 Peridis se puso al frente de un proyecto que además de la rehabilitación de los espacios teatrales contemplaba una gran biblioteca y otras muchas dependencias destinadas a la ya creada Universidad de Burgos como destinataria del uso del inmueble. Al final el Ayuntamiento revocó el acuerdo de cesión y creó un Instituto Municipal de Cultura para gestionarlo directamente.

Durante las obras, no exentas de polémicas, el proyecto sufrió varias modificaciones que supusieron incrementos volumétricos y de alturas sobre el antiguo edifico del siglo XIX. Finalmente, el siete del siete del noventa y siete el Principal reabrió sus puertas, con un Peridis satisfecho de «haber introducido en un teatro decimonónico el confort del siglo XXI». Peridis, será siempre el arquitecto del Teatro Principal pero también ha intervenido en Burgos en otros proyectos vinculados con el patrimonio histórico, como la escuela taller que puso en marcha en Silos. Algunos resultaron fallidos por motivos diversos, como los que inició para para convertir el Hospital de la Concepción en palacio de congresos y auditorio, sobre el Palacio Ducal de Lerma, o para la remodelación integral de la Casa de Cultura de Burgos.

El mundo de Peridis en Burgos es solo una pequeña parte del buen hacer de este polifacético activista cultural.