Génova ha trabajado al límite durante los últimos meses preparando la convención del PP con dos objetivos fundamentales: relanzamiento de Pablo Casado, que estaba perdiendo fuelle en los medios de comunicación y por tanto entre los posibles votantes y, segundo, visualizar la unidad indestructible del partido frente a su presidente. Se logró esa visualización - otra cosa es que dure- , y lo que toca ahora, como decía un dirigente del PP eufórico tras la convención, es ocuparse de Ciudadanos. De captar, de absorber, a miembros de Ciudadanos. De ir a listas conjuntas con Ciudadanos, de ocupar el espacio de centro que ocupaba Ciudadanos.
Inés Arrimadas sigue firme en su posición de mantener las siglas del partido, y de hecho no ha perdido ocasión de mirar a derecha e izquierda en pactos locales y generales. Esa postura no ha resultado efectiva como demuestran los resultados en las elecciones celebradas desde que asumió el mando del partido, y hay personas que todavía le son fieles que reconocen que quizá ha llegado el momento de que Arrimadas reconsidere las cosas e inicie un acercamiento al PP.
Eso es precisamente lo que busca el PP, y mientras Inés Arrimadas se lo piensa, el PP va a insistir en la captación de dirigentes de Cs desencantados con la trayectoria actual de su partido … o que buscan un futuro en el PP ya que no ven futuro a Ciudadanos.
Se acaba de producir el trasvase al PP del ex líder de Ciudadanos en el País Vasco, Luis Gordillo. No ha sorprendido, Cs y PP concurrieron en una lista única en las últimas elecciones autonómicas. El goteo continúa, pero Egea y Hervías – ex secretario de organización de Cs, hoy con despacho en Génova- no quieren goteo sino que aspiran a una gran operación de fusión, con una región marcada en el mapa con la palabra "prioritaria": Andalucía. Es la comunidad con mayor número de diputados en el Congreso, 61, seguida de los 47 de Cataluña y 36 de Madrid. El partido que gana en Andalucía tiene muchas posibilidades de hacerse con el gobierno central.
En Andalucía además funciona bien el pacto de gobierno PP-Cs, Juan Marín se siente identificado con el proyecto y en más de una ocasión ha dado prioridad a ese pacto frente a las instrucciones de la dirección nacional. Pero no solo mira García Egea hacia Andalucía, sino también a Castilla y León, con gobierno de coalición y donde Francisco Igea marca terreno pero no tensa excesivamente la cuerda, como si supiera que antes o después tendrá que hablar con Mañueco de un posible futuro en común.
El PP salió de su convención más escorado a la derecha. Y sin ocupar espacio de centro no se ganan elecciones, como bien saben todos los aspirantes a la presidencia del gobierno. Así que en Génova han tocado a rebato más que nunca: Ciudadanos es el oscuro objeto de deseo.