Los mirandeses se han quedado sin San Juan del Monte por culpa del coronavirus y tampoco podrán celebrar sus fiestas patronales este año. Aunque todavía quedan tres meses, el Ayuntamiento ha decidido suspenderlas y destinar ese dinero al fondo para paliar las consecuencias de la crisis sanitaria, una decisión respaldada por la mayoría de formaciones políticas que componen la corporación.
La suspensión llega con mucha antelación ya que otros eventos programados para septiembre todavía no se han cancelado con la esperanza de que la situación mejore durante la época estival. Sin ir más lejos el festival Ebrovisión aguarda noticias, aunque parece complicado que para esas fechas se puedan celebrar concentraciones masivas.
Pero ante el riesgo más que probable de elaborar un programa de fiestas que hubiese que acabar cancelando o que quedara totalmente descafeinado a última hora porque los actos principales (fuegos artificiales, conciertos, espectáculos callejeros,...) no fuesen autorizados por cuestiones sanitarias, el equipo de gobierno ha decidido dar el paso de suspender las fiestas en honor a la Virgen de Altamira. La medida se podía intuir porque hace unos días la concejala Inés Busto adelantaba que este año iba imposible llevar a cabo el concurso de carrozas ya que requieren de mucho tiempo de elaboración y los grupos carroceros no se han podido juntar debido al confinamiento, cuando se tendría que haber empezado ya a trabajar en los diseños. Era un primera aviso de que las fiestas patronales peligraban.
Las contrataciones del resto de espectáculos estaban paradas a la espera de la evolución de la crisis sanitaria, pero un programa como el de septiembre requiere previsión y un importante trabajo del departamento, así que la decisión no se podía postergar mucho más. Debido a la incertidumbre, se ha optado por la cancelación.
En el presupuesto para el presente ejercicio se contemplaba una partida de 225.000 euros para las fiestas, cantidad que irá al fondo de ayudas para paliar los efectos del coronavirus aunque de momento no se ha fijado un destino concreto, sino que se decidirá en función de las necesidades que se detecten en los próximos meses. Sobre la mesa del equipo de gobierno hay varias propuestas que han presentado los grupos políticos, más allá de las subvenciones a autónomos.
Esa cifra se podría ver incrementada próximamente ya que están en el aire otras fechas habituales del calendario festivo local. Durante la cuarentena se anularon la Feria de Mayo, la del automóvil y el mercado medieval y ahora no está claro que se vayan a poder celebrar las que restan hasta final de año. La de Fiestas no es la única concejalía que va a ver muy alterada su hoja de ruta por lo que se ha pedido a todas las áreas que notifiquen los proyectos que no podrán ejecutar para que ese dinero se pueda destinar a las ayudas por los efectos del Covid 19.
Este fin de semana los mirandeses tendrían que estar disfrutando de San Juan del Monte, pero las medidas sanitarias lo han impedido y el cambio de fecha a finales de agosto del festivo únicamente tiene como objetivo potenciar el consumo en la hostelería, sector muy castigado por el confinamiento. De hecho el presidente de la Cofradía aseguraba hace unos días que ve peligrar hasta el día del Ermitaño, que tiene lugar la primera semana de septiembre, una duda que se agiganta al ver que el Ayuntamiento ya ha decidido suspender los actos en honor a la patrona.