Salvador de Foronda

Diez Mil Preguntas

Salvador de Foronda


Ricos

06/10/2022

Cómo cambian los tiempos. Hasta hace poco, el Gobierno luchaba por hacer de esta España un país federalista y ahora, desde que han instaurado el Impuesto de Patrimonio a nivel nacional, desean ser por encima de todo centralistas, un gran cambio en las inteligencias pensantes de este país. 

Todo esto viene a costa de perseguir a los ricos. No sé lo que pensarán ustedes, pero prefiero a un tipo rico como Amancio Ortega que a un Echenique. El primero da trabajo a 180.000 personas, les paga su sueldo y seguridad social; ha donado desde el año 2001 más de 600 millones de euros para distintas causas solidarias como la lucha contra el cáncer y contribuye al estado del bienestar, con el pago de IRPF. El segundo es un resentido; vive de nuestros impuestos; arenga a las masas para ir contra todo el sistema cuando la única verdad es que este señorito no pagaba la seguridad social de su empleada de hogar. Todo un personaje para 'el lince de la carrera de San Jerónimo', que con su voto se acaba de subir el sueldo un 3,5% para que su cesta de la compra no se vea repercutida.

Nos volvemos a acercar a un conflicto político y jurídico entre el Estado y las Comunidades Autónomas, que tendrá que resolver el Tribunal Constitucional. No tiene ni un pase, puesto que el ejercicio de la capacidad normativa, siempre que se haga dentro de los márgenes establecidos, constituye una manifestación cualificada de la autonomía financiera. De esta forma podrán entender todos ustedes la necesidad ardiente que tiene el Gobierno de controlar los órganos judiciales, incluso por encima de lo que manda la Constitución para resolver estas cuestiones.

Mal va este país cuando se oye más a los políticos que a los científicos, a los amateurs que a los profesionales a los economistas e investigadores más rigurosos sobre los diferentes sistemas de financiación del Estado del bienestar. 

Lo que tiene que hacer este gobierno es elevarse por encima de intereses de partido y poner el bien común encima, en el centro del debate. Y el centro del debate es que el Impuesto de Patrimonio no existe en toda Europa. Solo hay que leer y escuchar a los que saben, hasta su tono de voz es diferente, su conversación enriquecedora, pero sobre todo su confianza trasciende para explicarte que cuando juegan con nuestros impuestos el problema no es la democracia, sino de las personas que se hacen llamar líderes políticos.