"Siempre fue una liga de dos"

Diego Izco (SPC)
-

La versión más sólida del Real Madrid, más musculado y potente, se enfrentará a la más voraz del Barcelona desde la 'MSN'... y los demás, a mirar. Morata-Aspas, acertados a dos meses de la Copa del Mundo

"Siempre fue una liga de dos" - Foto: AFP7 vía Europa Press

Hay dudas históricas sobre el origen de nuestra 'Liga de dos'. La respuesta catalana al dominio centralista o la respuesta centralista al empuje catalán (el fútbol siempre fue un enorme vehículo propagandístico), engordadas ambas por una carrera imparable de figuras y millones y publicidad y reparto desigual de quinielas y televisiones... y al final quedó un país dividido en dos. El 'monstruo' ya era imparable.  
Lo que ha quedado es un eterno torneo de dos, en el que Madrid y Barça «vuelven», mientras que el Atlético de turno «irrumpe» o «sorprende». Incluso cuando ninguno está bien, «siempre fue una Liga de dos», según escribía John Carlin. Así que ahora que están bien... 

En tromba

En esta tesitura, un buen cuadro merengue siempre mejorará a los azulgrana y viceversa. No pueden permitirse estar alejados; así como el Madrid tiró de Mourinho para enjugar la distancia futbolística con aquel sublime Barça de Guardiola, Laporta ha recurrido a las 'palancas' para acercarse al exuberante equipo de Ancelotti. Hoy por hoy, con permiso de un Villarreal eléctrico (jugó con el Elche como un niño travieso con su hermano pequeño), no hay nada parecido a una alternativa. Betis y Sevilla, en teoría llamados a pelear por puestos de Champions, fueron muñecos en manos de dos equipos voraces y potentes como hacía tiempo que no se veía. La respuesta a «¿seguirán siendo grandes sin Cristiano y Messi?» ha tardado en llegar solo temporada y media. 

Gol español

A falta de que Ansu Fati encuentre su ritmo (siempre lo hace) y Oyarzábal vuelva con una rodilla operativa, a mes y medio del inicio del Mundial ya hay debate en las calles y la barra de bar: Gerard Moreno está de dulce, Morata también... e Iago Aspas aún más. La mano izquierda de Luis Enrique para solucionar estos entuertos no brilla por su destreza, pero si el capitán del Celta continúa en esta línea, dejará al seleccionador sin argumentos.