Prevención y trabajo en equipo: la clave de todo

M.M.G.
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Bajo el título 'Las nuevas adicciones', la nueva Mesa de Redacción de Diario de Ávila profundiza con la Comisionada Regional para la Droga, Cáritas y Geara los retos que administraciones y asociaciones deben hacer frente para frenar esta lacra

Prevención y trabajo en equipo: la clave de todo

Prevención. Ésta puede que sea la palabra que más veces se escuchó durante la celebración de la nueva Mesa de Redacción organizada por Diario de Ávila y a la que bajo el título 'Los retos de las nuevas adicciones' asistieron esta semana la directora general de la Infancia y Atención a la Diversidad y Comisionada Regional para la Droga, Esperanza Vázquez; la trabajadora social y coordinadora de Geara, Mayte Martín; y la responsable del Programa de Drogas de Cáritas en Ávila, Emilia Herrero.

Prevención porque sólo así se logra arrancar de las garras del alcohol, el cannabis, el tabaco o el juego (por citar sólo algunas de las muchas adiciones que salieron a relucir en la charla) a aquellos que en algún momento podrían llegar a caer en cualquiera de estos terribles pozos.

Lo saben bien las tres mujeres que con sus conocimientos y experiencia se encontraron este jueves en la redacción de Diario de Ávila y para las que, sin duda, la prevención se encuentra en el centro de todo.

La prevención y el trabajo en equipo. Un equipo grande, muy grande. Tanto, que está formado por todos y cada uno de nosotros, seamos profesionales de alguno de los sectores que pueden estar implicados más directamente con el campo de las adicciones o seamos sencillamente ciudadanos de a pie. Porque para ayudar a que alguien no caiga en ellas o para sacarle de las mismas, y hacerlo sin estigmatizarle, todos somos necesarios.

En primer lugar, teniendo claro que una adicción debe considerarse como lo que es: una enfermedad mental. «Es que no se trata de un tema de opinión, es un diagnóstico», enfatiza al comienzo de nuestra charla Emilia Herrero.

Y lo es tanto para el adicto al cannabis como para el que lo es al alcohol, aunque, en este caso, no se vea tan claro, lamenta la responsable de Geara. «Es que el alcohol es una droga», le da la razón la directora general. «Sí, el enfermo alcohólico es un enfermo drogodependiente. De hecho, el alcohol es la principal droga de consumo», quiere dejar claro la trabajadora social de Geara, que señala por primera vez uno de los temas más recurrentes a lo largo de esta charla: la aceptación social de un consumo que puede llegar a generar peligrosas adicciones entre niños y mayores.

El problema está, como acordaban todas las participantes en señalar, en dos cosas.En primer lugar, el que la sociedad tiene totalmente interiorizada (y normalizada) la presencia del alcohol en nuestro día a día. «El consumo del alcohol está muy socializado. Un bebedor no molesta y un fumador sí», abunda en su explicación Martín. Y, en segundo, no está bien visto a nivel social 'presumir' de haber dejado su consumo, como sí lo es, por ejemplo, el 'presumir' de haber dejado de fumar.

Pero lo cierto es que si hace años (no muchos) una gran parte de la sociedad fumaba con naturalidad en sitios cerrados, cerca de niños o en centros de trabajo, eso, ahora, resulta impensable para cualquiera. Pero el cambio está hecho en lo que a consumo de tabaco se refiere. Y, de hecho, el consumo del mismo también ha caído en picado en los últimos años.Se ha logrado con el trabajo de todos (de nuevo salía a relucir el esfuerzo social que debe realizarse en la lucha contra las adicciones). Y con eso, quieren soñar las participantes en la mesa de redacción, todos debemos remar en la misma dirección para lograr esa evolución con otras sustancias.

«Con el cannabis ocurre un poco lo mismo», apunta Herrero por su parte. Se refiere a esa doble perspectiva que se le da a una droga que, no se cansa de repetir, es ilegal. Por un lado, estaría la de aquellos que tienen claro que esto es así, que es una droga y que, a la larga, puede llegar a matar. Y por otro, la de los que ven en el cannabis unos beneficios. «Pero hay que tener conciencia de que el cannabis es una droga ilegal», recalca la misma idea la directora general de la Infancia.

La heroína y la cocaína también salen a relucir en nuestra conversación. Cada una con sus connotacione. La primera con un tinte marginal y muy poco popular. Yla segunda más presente en otros ámbitos sociales. Aunque las dos, con muchas cosas en común. «Decir que se ha sido un enfermo a causa de estas drogas tiene connotaciones muy negativas. Como ocurre con otras enfermedades mentales», reflexiona Emilia.

«Pero es que igual que hemos aprendido a tratar a un ciego o a una persona en silla de ruedas, debemos aprender a hacerlo con un enfermo mental. Y hacerlo sin juicios de valor», pone el dedo sobre la yaga la responsable de Cáritas.

Sólo así se lograría, por ejemplo, que aquellas personas enfermas a causa de una adicción no encontraran tan difícil reconocer su problema para, con este primer paso, acudir a pedir ayuda.

«Reconocer que se tiene este problema es muy difícil, sobre todo por parte de las familias y de los adolescentes», expone Vázquez.«Efectivamente, y pedimos ayuda cuando el problema está muy avanzado, cuando ya se ven alteradas varias facetas de nuestro estilo de vida. Cuesta tomar conciencia de que lo que me pasa es una enfermedad mental, porque no me gusta ponerle ese nombre», habla amparada por toda su experiencia Herrero, que explica cómo a sus pacientes les tiene que explicar una y otra vez que no son responsables de padecer esa enfermedad. 

Como tampoco lo serían si su problema derivara en patologías duales, o lo que es lo mismo, la suma de varias adicciones cuando una lleva a la otra.