La mitad de la gran industria de Burgos tiene su sede fuera

G. ARCE
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Los expertos descartan un 'efecto Ferrovial' en el tejido empresarial provincial, pero insisten en que Burgos no es competitivo ni tiene las ventajas de un centro de poder y de decisión como es Madrid

La mitad de la gran industria de Burgos tiene su sede fuera - Foto: Alberto Rodrigo

El 23 de junio de 1992, el consejo de administración de Nuclenor, empresa que explota Garoña, acordó el cambio de la sede fiscal de la central nuclear de Cantabria a Burgos, respondiendo a la vieja reivindicación de que la provincia que produce y asume más riesgos sea la principal beneficiaria de los impuestos derivados de la generación eléctrica. La nueva sede fiscal en Burgos permitió incluso elevar la categoría de la delegación provincial de la Agencia Tributaria por el volumen de gestión de impuestos que supuso el cambio...

A principios de marzo de 2014,  Benteler, la multinacional alemana de la automoción, anunciaba el traslado de su sede financiera y comercial desde Barcelona a Villalonquéjar, donde tiene su principal centro productivo. Burgos sumaba así más de 30 nuevos empleos con la decisión y se convertía en centro de dirección de las plantas españolas, portuguesas, turcas y sudafricanas de la compañía.

Un año después, Antolin doblaba su tamaño con la compra de Magna Interiors, una ambiciosa operación en la que la multinacional destacó y subrayó el peso industrial que adquiría su ciudad de nacimiento, su sede empresarial desde sus orígenes familiares, dentro del complejo y competitivo sector de la automoción.

Entre unos y otros cambios, el final de Caja de Burgos y Cajacírculo también supuso el fin de unas sedes fiscales de primer nivel, hoy reabsorbidas y reubicadas en Valencia y Zaragoza, respectivamente. Cuánto miedo hubo entonces a que Valladolid se quedase con todo este pastel financiero y fiscal...

Estas son cuatro referencias históricas que confirman que la ubicación de las sedes sociales, como bien está comprobando esta semana la constructora Ferrovial tras su decisión de ubicarse en Países Bajos, tiene un impacto importante en la vida económica y en la reputación social de las empresas y sus equipos, muchas veces -bien es cierto que cada vez menos- por encima de las ventajas fiscales, políticas y geográficas que puedan ofertar otros enclaves.

La elección de sede ha llevado a la mayoría de las compañías instaladas en Burgos a ubicarse y tributar en la ciudad o en la provincia que les acoge. A los casos mencionados de Nuclenor, Benteler y Antolin se suman referentes como Nicolás Correa, Calidad Pascual, Aciturri, Adisseo, Kronospan (que se trasladó desde Valencia) o Transformados Siderúrgicos, entre otros muchos ejemplos de las grandes facturadoras instaladas aquí, entre ellas, líderes nacionales e internacionales de primer nivel.

En un segundo eslabón de tamaño y plantillas, la mayor parte las pymes locales tienen su sede y sus tributos radicados en el territorio, entre otras cosas, porque no cuentan con sedes en otras provincias y toda la actividad se centraliza en Burgos.

Pero entre las grandes compañías -por diversas circunstancias y estrategias- no ha sido unánime la elección de domicilio y casi la mitad tienen su referencia societaria en Madrid o Barcelona.

(Información completa, en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos)