Turismo con invitados vip

I.M.L.
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Los recorridos guiados por Aranda se estrenaron con una propuesta teatralizada que incluye las bodegas que ocupan el subsuelo de la ciudad. Entre los visitantes se colaron personajes históricos relacionados con la villa

El plano de 1503 es una de las paradas obligadas en el recorrido y, si la guía se lo salta, ya se encarga Isabel La Católica de advertírselo. - Foto: I.M.L.

Una cosa es conocer los detalles de la riqueza turística que ofrece Aranda de Duero y otra muy distinta es participar en un evento exclusivo con una lista de invitados en los que se han colado Isabel La Católica y Napoleón Bonaparte. Un agujero espacio temporal va a permitir que, todos los fines de semana hasta el mes de octubre, cualquier viandante se pueda cruzar con un grupo de turistas entre los que descubrirá, con sorpresa, a estos dos personajes que, en su época, tuvieron relación con la capital ribereña. 

Eso sí, no esperen un recorrido tranquilo, porque aquellos que participen en estas visitas teatralizadas podrán comprobar dos cosas: Que Aranda es mucho más que vino y lechazo, tiene mucha historia, y que las relaciones entre la reina castellana y el emperador francés no son fluidas, por utilizar un término diplomático. A pesar de los encontronazos entre ambos, el recorrido se desarrolla sin graves incidentes hasta terminar en una bodega subterránea, último bien declarado BIC en la villa arandina, donde tendrá lugar un evento exclusivo con motivo de la celebración en Aranda de la distinción de Ciudad Europea del Vino.

El estreno se realizaba este sábado, en sesión de mañana y tarde, y logró cubrir casi todas las plazas disponibles, que se reservan en la Oficina de Turismo. De las 35 habilitadas, a la ruta de las 13 horas se sumaron 28 personas, algunas venidas de la propia Aranda para acompañar a familiares y amigos con procedencias tan dispares como Barcelona, Madrid, Toledo y otras ciudades de Castilla y León. Hasta tres personas reseñaban que venían de Irlanda para conocer los secretos de la historia y el patrimonio arandino.

Desde la Plaza Mayor, La Católica y el Bonaparte se mezclaron con los turistas y les fueron contando curiosidades de la iglesia de Santa María, bien conocida por ella, o del palacio de los Berdugo, donde se alojó él en su paso por la villa. En plena ola de calor, la inmersión en el frescor de una bodega subterránea alivió a los participantes y sorprendió descender esos 12 metros bajo tierra a los que no conocían este tesoro patrimonial. 

El final de la visita se desarrolló en ese escenario, con una copa de vino y un objetivo central: Destacar las bondades de una villa que han hecho que sea reconocida como paradigma del mundo del vino a nivel europeo.