Faltan monitores de campamento y socorristas

R.E. MAESTRO / Villangómez
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Las empresas organizadoras de actividades de ocio se han encontrado con dificultades para localizar trabajadores este verano. El parón por la pandemia, durante el que mucha gente cambió de oficio, se considera la principal razón

Juncal se traslada a diario desde Burgos para ejercer como monitora del campamento de Villangómez. - Foto: Luis López Araico

La falta generalizada de mano de obra se extiende mucho más allá de los bares y restaurantes. Si la hostelería se ha convertido este verano en uno de los sectores que se ha topado con más dificultades para encontrar profesionales, esos mismos problemas se han trasladado a trabajos propios de esta época del año en los pueblos burgaleses. Localizar monitores para los campamentos rurales o socorristas para las piscinas se ha convertido en un verdadero reto en muchas zonas para las empresas que gestionan estas actividades de ocio y se apunta a diversas causas para haber llegado a esta situación.

Entre las cuestiones más repetidas para poder llegar a entender esta situación se encuentran el hecho de que se trate de un trabajo temporal y que la incertidumbre causada después de dos años de pandemia ha generado que la gente haya optado por otras profesiones más estables. Los monitores o socorristas trabajan habitualmente durante los dos o tres meses de verano, un empleo temporal que resulta menos atractivo que algo fijo. Además, a todo ello se suma que muchos ayuntamientos esperan hasta última hora para poner en marcha sus campamentos y eso lleva directamente a que los jóvenes ya tengan planificadas a esas alturas sus vacaciones.

«Este año está costando más que nunca encontrar monitores», confirma Fernando Pascual, responsable de la empresa Tándem, gestión y deporte. Desde su punto de vista, el «parón por la pandemia ha provocado que mucha gente haya cambiado de trabajo y ahora se dedique a cosas más estables» ante esa incógnita continua de si iban a poder realizarse los campamentos con normalidad. Se están consiguiendo cubrir las plazas, pero ahora se trata de perfiles que acaban de sacar la titulación. Las escuelas de verano, que se desarrollan de 10 a 14 horas, suelen contar con un monitor pero cuando se rondan los 15 niños ya se ponen dos para dividirles por edades.

Ahora mismo esta empresa está presente en municipios como Villagonzalo, Briviesca, Trespadernes, Villasandino, Torresandino o Cerezo de Río Tirón. Por ello, aprovechan que en muchas zonas tienen personal de confianza y conocidos para poder cubrir todas las vacantes. «Ahora se ven también muchos carteles con ofertas de trabajo debido a que muchas veces hasta la última semana de junio no se cierran las inscripciones y no sabes si un campamento va a salir», asegura Pascual, que destaca la utilidad de las redes sociales para localizar personal así como las recomendaciones de los propios ayuntamientos.

Por otro lado, desde la empresa Tándem, especializada en la gestión, organización y desarrollo de servicios deportivos y recreativos, también comentan la dificultad para conseguir socorristas. «Ahora mismo hay piscinas en todos los lados, por muy pequeños que sean los pueblos muchos ya cuentan con este tipo de instalaciones y no sé si hay tantos socorristas para poder cubrir tanta demanda», argumentan. A eso se añade que como la mayor parte de las piscinas se ubican en el medio rural implica que, salvo que alguien de la zona las gestione, el trabajador se debe trasladar desde Burgos y eso resulta más complejo. Además, se han recibido muchas llamadas a última hora de ayuntamientos para ayudarles en este sentido. «Hace falta mucha gente para esta época», insiste Pascual. En Arcos de la Llana, por ejemplo, han pasado de 25 solicitudes para trabajar en la piscina el pasado año a tan solo cuatro.

En esa misma línea se manifiestan desde la empresa Arasti Barca, que reconocen que «nos estamos viendo muy mal para cubrir actividades, no hay gente para trabajar». Desarrollan su labor con monitores de deportes y actividades de ocio libre y asumen que «este año está siendo horroroso». Eso sí, les está costando encontrar desde personal de limpieza hasta enfermeras, sectores que también abarcan. «Hemos notado que después del parón por la covid, la gente ha redireccionado sus formas de trabajar y probablemente mucha gente haya ido a fábricas porque nuestro sector es más temporal y no jornadas completas», argumentan. Además, explican que han rechazado ofertas de ayuntamientos ante la imposibilidad de llevarlo a cabo por la falta de trabajadores. A todo ello se suma el tema del cambio legislativo a la hora de contratar.

En el albergue turístico de Melgar de Fernamental, por ejemplo, también buscan profesionales para cubrir un campamento que realizarán a finales de este mes. Carlos García, su responsable, reconoce que sí les han llegado ofertas de gente interesada en trabajar en este curso, pero se trata solo de un curso puntual que solo dura una semana y no todo el verano. «Es verdad que el perfil de los monitores suele ser de personas que cursan Magisterio y otros estudios similares, que ahora están pendientes de las oposiciones», explica. Hasta mediados de este mes estarán pendientes de esas pruebas y eso genera que algunos no hayan podido empezar aún a trabajar.

PLANIFICACIÓN. El hecho de no conocer el número de niños inscritos hasta el último momento complica en gran medida una buena organización. «A dos semanas vista se hace, pero al final de qué forma... los ayuntamientos muchas veces van tarde», comenta Francisco Navarro, responsable de Sprintem, que en su caso sí están encontrando gente suficiente para cubrir todos los puestos. Eso sí, se realiza un trabajo previo de formación de monitores y también se considera que la planificación con tiempo suficiente resulta clave para desarrollar campamentos con éxito.