Los vendedores ambulantes no quieren más cambios de ubicación

CÉSAR CEINOS
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El nuevo emplazamiento en Eloy García de Quevedo genera comentarios a favor y en contra entre los tenderos, pero todos reclaman al Ayuntamiento de Burgos el final de los traslados

Los tenderos montaron sus puestos por sexta vez en el Polígono Docente del Vena. - Foto: Alberto Rodrigo

Los vendedores ambulantes del mercadillo textil de los domingos lanzaron un grito unánime para exigir al Ayuntamiento de Burgos el final de los cambios de ubicación. «Más traslados no», aseguró ayer Pedro Jiménez, uno de los 116 tenderos autorizados para montar su puesto en la calle Eloy García de Quevedo.

Pese a esta unidad, el nuevo espacio suscita comentarios de todo tipo. Algunos critican el nuevo lugar, otros son más optimistas, pero ninguno quiere seguir peregrinando por la ciudad del Arlanzón. No quieren ponérselo difícil a una clientela que ya estaba acostumbrada a ir primero a El Plantío y, posteriormente, a las inmediaciones del Centro Comercial Camino de la Plata. «Me fui a la avenida de Castilla y León y tuve que preguntar a una señora por el mercadillo», reconoció María de Lourdes Clavijo, una de las compradoras a la que sí le gusta el nuevo lugar, al igual que a Pedro López, otro cliente. 

Entre los que lamentan los cambios de situación está el vendedor Josué Jiménez. Aseguró que está «muy descontento» y manifestó que «teníamos que haber vuelto a El Plantío, que es lo que nos prometieron». Pese a todo, pide una ubicación fija porque «cuesta mucho hacer un mercadillo nuevo». En el puesto de Miguel Ángel Palacios las palabras son muy similares. «Estábamos más cómodos junto al Alcampo que aquí. Esto está mucho más abierto y en los meses de invierno hará más frío», explicaron. 

Pero para lo que uno son desventajas para otro son virtudes. Santiago Jiménez subrayó que la nueva calle, mucho más amplia, «no se colapsa tan fácilmente» como la anterior zona. Por su parte, Ascensión y Jesús Lozano comentaron abiertamente que venden más ahora porque antes estaban «escondidos». «Que no nos muevan más», agregaron los tres. Un comentario muy parecido pronunciaron Samuel y Roberto Gabarri, quien reconoció que el cambio le pareció positivo, pero sabe de otros compañeros que opinan lo contrario. 

Por último, Pedro Jiménez abogó por «no ser pesimista» respecto al nuevo lugar. «Por ahora está bien. No es mala calle, pilla bien a gente de Gamonal y del centro y hay que darle tiempo al tiempo. En Castilla y León no estábamos mal, pero no queremos que nos cambien más», concluyó en tono más conciliador.